8.- DECEMBER WOULDN'T BE THE SAME WITHOUT YOU

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JESSICA

Desperté y Emily ya no estaba ahí. Era casi medio día, seguro tenía un montón de cosas que hacer.

Me levanté de la cama, llame al servicio a la habitación, parecía que dos adolescentes habían destruido la habitación anoche.

Sentada sobre la cama mientras ponían todo en orden, solo pensaba en lo que había pasado anoche, ¿Ahora éramos amigas?

Sentía que habíamos perdido tiempo, que no debíamos perder más pero algo en mi sentía que ya no pertenecíamos a esas vidas. Había sido una hermosa coincidencia y una increíble reconciliación. Habíamos llorado y reído y el que hubiera pasado la noche aquí, fue increíble pero sentía que yo no encajaba en la vida de Emily y Emily no encajaba en la mía.

Leí su nota sobre el espejo.

"Feliz Navidad... nos vemos esta noche"

Sonreí pero había algo que no se sentía cómodo. Quizás lo mejor sería no ir, no quería que pensara que podíamos tener una relación amistosa aún, al final de todo, ella vivía en un país y yo en otro, no lo veía una opción.

Empaqué todas mis cosas una vez que la habitación quedó lista, tome un baño y me dispuse a tomar el primer tren hasta casa.

Al bajar al lobby, todo parecía estar bien, era Navidad, Emily la amaba, seguro se sentía la persona más feliz del mundo, ojalá yo pudiera sentirme de esa manera también.

Camine hasta la estación del tren, mientras andaba por esa gran ciudad y pasaba por el hotel de Emily, pensé en ir a buscarla para poder decir que realmente había amado lo que había pasado y que había sido hermoso, pero que no éramos amigas, y no lo seríamos más.

Estaba decidida a hacerlo, hasta que vi que Emily salía de su Hotel, se veía feliz, y caminaba como si no estuviéramos a -2 grados. Verla me hizo pensar que quizás sería mejor solo irme, ya una vez lo habíamos hecho, pero esta vez no por las mismas circunstancias.

¿Qué es lo que nos hace amigos? Acaso son nuestros gustos, la música que oímos, los chistes y traumas que compartimos, la idea que tenemos en común sobre cosas en específico o simplemente la costumbre de hablar con las mismas personas.

No podía ser amiga de alguien con quien no tenía contacto hace años, de quien desconocía sus gustos, pensamiento e ideologías actuales. Simplemente no teníamos la conexión de antes, y estaba bien, la gente crece, cambia y se va cuando es hora. Seguí caminando y llegué a la estación del tren, Isaac no iría por mí, no tenía idea que me dirigía a casa.

Todos parecían felices, y es que la Navidad muchas veces tiene esa ilusión, no importa nada más, no hoy.

El tren salía más tarde, por lo que tenía que esperar un par de horas hasta que pudiera ir a casa. Me senté a esperar y comencé leer un par de correos pendientes de trabajo. Aunque tenía la sensación de que pronto llegaría a casa, también sentía que estaba muy lejos esta vez. Mire el reloj, una hora más para partir.

—¿Eres Jessica? —La misma mujer que anoche me llevó hasta el camerino de Emily estaba ahí.

—¿Si?

—Emily me mandó nuevamente por ti, pero en tu hotel me dijeron que te habías ido.

—Yo... no puedo ir esta noche.

A Song for Christmas Where stories live. Discover now