En lugar de unirse al resto en el comedor, el muchacho permaneció en la entrada, observando pacientemente hasta que identificó a su objetivo en las escaleras.

—¿Hablas japonés, extranjera? —preguntó con sutileza, apoyándose en la pared para mantener una distancia prudente mientras la escudriñaba desde allí. Mientras tanto, Iryna disfrutaba de un jugoso durazno.

Ella alzó la mirada, aparentemente sorprendida, pero pronto una chispa de diversión iluminó sus ojos.

— Solo lo básico. Pero puedo entender lo suficiente. —mencionó, esbozando una sonrisa orgullosa. — Palabras como estetoscopio y aguja las conozco gracias a un individuo con escaso carisma que me las enseñó.

Él adoptó una postura con los brazos cruzados, y una risa juguetona escapó de sus labios.

—¿Ah, sí?

—Cosas que uno no olvida fácilmente. — Cuando sus ojos se encontraron de nuevo, compartieron una complicidad que trascendía las palabras.

—Interesante elección de palabras —repasó sus labios lentamente. Shuntaro se acercó un poco más, pero no sin mantener una distancia calculada. —¿Cómo va tu estrategia hasta ahora? Si es que tienes alguna. — Su expresión era un enigma, pero Iryna descifró rápidamente la insinuación detrás de sus palabras: él quería dejar en claro que estaba al tanto de la forma en que ella estaba jugando.

Sin embargo, ella no mostró ni una pizca de inquietud. De hecho, parecía disfrutar del hecho de tener la atención de Chishiya centrada en ella.

—Bien, supongo. Intento observar muy bien a la gente. —Dijo antes de dar un mordisco jugoso al durazno. —Tú pareces estar manejándolo bastante bien también.

—Bueno... no he muerto hasta ahora, eso ya es un avance —encogió sus hombros con una sonrisa burlesca. —Fue un placer conocerte, extranjera. —Le dijo con complicidad mientras retomaba su camino hacia el comedor, donde lo esperaba el joven con el que había formado equipo inicialmente.

—Aún estoy deliberando si para mí también lo fue, coreano —soltó una risa burlona, alzando una ceja con picardía. Él se rió divertido mientras se volteaba.

Antes de desaparecer por completo, Shuntaro volvió la mirada hacia Iryna una vez más. En ese instante, ella le guiñó un ojo, y él respondió con una seña de puño, sellando un entendimiento cómplice entre ambos.

De manera esperada, triunfaron en la siguiente ronda y la siguiente como si estuvieran jugando a las canicas. En ese punto, Chishiya notó cómo su compañero inicial, que había comenzado notablemente cuerdo, empezaba a mostrar signos de desasosiego. Y él se preguntó cómo había llegado a ese punto sin experimentar una crisis antes. No obstante, solo se formuló esa pregunta una vez, ya que pronto desistió de buscar respuestas que sabía que no encontraría.

En su lugar, se sumió en su propia demencia peligrosa, incapaz de apartar la mirada de la castaña ni por un solo segundo. Tenía a Ippei tan absorto en su propia locura que ni siquiera era consciente de ello.

Así continuaron hasta la novena ronda, donde todos, casi sin excepción, ya estaban mentalmente desequilibrados. Incluso al formar grupos, la desconfianza entre ellos era palpable, y se orquestaban jugadas a espaldas de los demás. Eran pocos los que aún mantenían un atisbo de cordura.

Llegada la duodécima ronda, Chishiya aparentaba cordura a simple vista, pero por dentro estaba en un frenesí. Ya no podía sostener la fachada, y ella estaba allí, frente a él, a veces mordisqueándose las uñas, otras veces durmiendo con la cabeza sobre la mesa, utilizando la campera como almohada, o en otras ocasiones disfrutando de alguna fruta o snack. En ese momento, sentía que no podía contenerse más.

FOREIGNER [Chishiya Shuntaro]Where stories live. Discover now