Vico suelta una carcajada.

— Es que al fin tiene un pretexto para ser celoso. Si cada vez que veía a Kai, lo quería hundir seis metros bajo tierra.

—No digas eso, Kai es un amigo y aparte tiene novia.

— ¿Sabías que se volvió amigo de Darío no?

—Sí, lo sabía.

— Pues ellos se hicieron amigos, y se de muy buena fuente que a él le gustabas enserio. Pero que no podía competir contra Genaro.

— Ay, pero eso fue hace mucho ¿No? — pregunte preocupada.

— No una semanas antes del trágico momento — haciendo referencia a cuando le pidió que se fuera de su casa —, me conto que Kai quiso darte celos con su nueva novia y que estaba muy mal. Porque literalmente lo felicitaste y le dijiste como conquistarla.

— Pero es que es mi amigo, yo solo pensaba que eran besos de verano — comente algo incomoda. Nunca me di cuenta de sus sentimientos, pensé que todo había quedado claro.

— Ni siquiera piensen en sentirte mal por no darte cuenta de lo él sentía. Porque desde que empezaron a besarse, los dos dijeron que era solo eso.

— Tienes razón.

— Aparte le dijiste que lo veías como amigo, si el sintió mas ya es otro tema.

Bueno ella tenía razón. Yo había hablado con Kai, así que por ese lado. No debería preocuparme de eso.

— Cambiando de tema ¿Has hablado con Darío?

— Mañana nos vamos a ver, fue una semana de parciales así que no lo quería molestar. — dice con tranquilidad — ¿Te puedo hacer una pregunta?

— Si Vico ¿Qué pasa?

Ella toma de su batido, luego enfoca sus bellos ojitos en mí. Estaba nerviosa, como si no estuviera del todo segura de hacerme su pregunta.

— ¿Crees que vale la pena estar conmigo?

Su pregunta me sorprendió, no es algo que esperaba que me preguntara. Pienso bien mi respuesta, antes de responderle.

— No vales la pena, lo vales todo Vico.

— Creo que no me entendiste — murmura.

— Si te entendí, lo vales todo amiga. Vales aunque hay día que no te sientas bien, lo vales cuando estas completamente feliz y lo seguís valiendo aunque estés completamente triste.

Vico estaba llorando, esta tonta. Me hace llorar a mí.

Ahora la gente nos miraba porque ambas llorábamos, mientras nos tomábamos de las manos. Y la verdad me daba igual lo que los demás pensaran.

— Gracias, enserio Alicia. Tu también lo vales todo — balbucea.

— Lo valemos.

Lo valemos a pesar de estar perdidas en el mundo. Lo valemos incluso si hay días en los cuales no podemos amarnos. Lo seguimos valiendo cuando rebosamos de amor propio y de risas. Lo valemos a cada instante de nuestras vidas, y con cada latido de nuestro corazón los seguimos valiendo todo.

***

Estaba haciendo mi caminata usual de todos los días, ya que me di cuenta que me gusta ir a caminar escuchando música o escuchando mis propios pensamientos. Se había vuelto mi pasatiempo favorito, caminar sola o acompañada, es algo realmente relajante.

El otoño estaba en su máximo esplendor, las hojas marrones y amarillas adornaban el camino. Hasta se me había antojado un café, podría ser un buen momento para uno.

No vales la pena, lo vales todo.Where stories live. Discover now