Capítulo once: Nuevos horizontes.

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🎧Narra la narradora🎧Un crujido ensordecedor, un cataclismo tan rápido como un relámpago, una danza entre el viento y una gran palmera que terminó con la recién nombrada descansando sobre el techo destrozado de la casa de los Miya

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🎧Narra la narradora🎧
Un crujido ensordecedor, un cataclismo tan rápido como un relámpago, una danza entre el viento y una gran palmera que terminó con la recién nombrada descansando sobre el techo destrozado de la casa de los Miya. Todo pasó tan rápido que no fue hasta que la lluvia cesó que los residentes del hogar y sus invitados pudieron moverse, sintiendo la adrenalina extenderse hacia cada parte de su cuerpo por haber presenciado tal desastre, la sensación de peligro seguía dentro de ellos, haciéndolos temblar y mirar la casa con completo desconcierto.

Todos los presentes observaban en silencio aquella casa que hasta hace un momento estaba en perfectas condiciones. la sorpresa era tal que no eran capaces ni siquiera de moverse o articular palabra. Las ultimas gotas de lluvia chocaban contra sus rostros, eran gotas frías, heladas diría yo. La tormenta comenzó a amainar,  el sol volvió a aparecer, brillando en el punto más alto del cielo, sus cálidos rayos arropaban a los jóvenes, las nubes se separaron como si se trataran de cortinas de algodón en la manta azul, que era el cielo.

Osamu, agarrado de la mano de Suna, el cual seguía  sobrecogido, caminó hacia la casa, acercándose a la palmera con sumo cuidado, analizando el grandísimo  desperfecto que había ocasionado en un momento, en unos pocos segundos, aquello era surrealista, y no era para menos, su casa estaba completamente destrozada, la casa que sus hermano y él  habían conseguido comprar con tanto esfuerzo, ahora solo quedaba una pequeña parte de la casa que se podría decir que aún estaba intacta. Atsumu seguía en el mismo sitio en eel que se quedó cuando ocurrió el desastre, veía a su hermano, su rostro denotaba preocupación y una gran tristeza, hacía tiempo que no veía a su hermano así. Komori y Sakusa estaban alejados de allí, cerca de la orilla, observando a lo lejos el desastre que había ocasionado una. Fuerte tormenta y una intensa corriente de viento, se mantenían ajenos a la situación sin saber qué decir para reconfortar de alguna manera a los dueños de la casa.

El viento aun soplaba, claro que con menos brusquedad y salvajismo que hasta hace un momento, los jóvenes estaban completamente empapados, resultado de la feroz lluvia que les había envuelto bajo sus gotas de lluvia heladas, a causa de esto. La arena seguía mojada. Atsumu movió sus piernas con gran esfuerzo, encaminándose hacia la puerta de la casa, la cual aún  seguía entreabierta debido a la veloz carrera que antes habían emprendido para salir de allí.

Al entrar se encontró con que la planta de abajo seguía intacta, tal y como la habían dejado antes de irse, él  sabía que todo el desastre estaría en la planta de arriba. Y no se equivocaba, las escaleras estaban cada vez más  húmedas cuantos mas salones subías, el suelo de la planta de arriba estaba completamente empapado, entró con cautela al cuarto donde dormían Suna y Osamu, parte del techo estaba abierto, había un par de goteras, no era mucho,, pero seguían siendo da;os materiales, que a pesar de que no parecieran la gran cosa, llevaría su tiempo repararlo. Salió  del cuarto, sabia que a partir de allí todo sería peor, puesto que el resto de cuartos estaban más cerca a la palmera. Abrió el cuarto donde había estado durmiendo Komori, allí la abertura en el techo era mayor, había mas goteras y suciedad, habían caído partes del techo sobre el suelo y la cama del cuarto. Se dispuso a dejar aquella habitación para ir a la suya,  sabía que el panorama seria mucho peor. Y como lo había predicho, su cuarto eran un desastre, las ventanas estaban rotas, y todo el techo estaba abierto, como si se tratara de una caja de carton que alguien acaba de abrir con fiereza y sin ningún tipo de delicadeza. gran parte de lo que era su techo estaba por todo el suelo, destrozado, en miles de pedacitos, aún había trozos de cristal bajo lo que era la ventana, y otros más  sobre la cama, probablemente a causa de la fuerte ráfaga  de vientos que pudo llevar a los pedacitos de cristal  hacia su cama. Por último quedaba el cuarto de Sakusa, tuvo que empujar y golpear la puerta fuertemente para ser capaz de abrirla, pues debido al destrozo en el techo, que en aquella habitación era mayor, el marco de la puerta se había deformado y encorvado, Atsumu observó con sorpresa lo que era el inmenso y pesado tronco de la palmera sobre lo poco que quedaba del techo.

Just like a tsunami [Haikyuu] (CANCELADA)Onde histórias criam vida. Descubra agora