Fragmento Nueve | Coriolanus

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NUEVE:
"ME WITHOUT YOU"

Coriolanus recorrió la base a paso lento, forzándose a cada segundo, a agudizar más cada uno de sus sentidos por si llegaba a encontrar alguna señal del chico del dos en algún rincón. 
Por si llegaba encontrar alguna señal de que él no estaba muerto como su cabeza le gritaba.

Sejanus no podía estar muerto.

¿Cómo le diría a su madre lo que él había hecho? ¿Tendría la valentía de admitirle que él no había sido capaz de frenarlo? ¿O le inventaría una mentira que lo exhumara de la culpa?

La idea lo hacía sudar frio.

—Eh —el Pulga se apareció corriendo por el pasillo y se detuvo junto a él—. Le he dicho al Sonrisitas que estábamos buscando a Sejanus y me ha confirmado que no ha dormido aquí anoche, pero que vio su nombre escrito en el registro ayer cuándo llegó así que debería estar por aquí.
—Gracias.
—Seguro que ya aparece, no te preocupes tanto Finolis, aquí no hay muchos sitios donde esconderse.
—Ya lo sé.

 Claro que lo sabía, y sus palabras no lo habían consolado, en realidad, le habían aumentado los nervios de una forma irracional.
Cada cosa nueva que sabía era algo que confirmaba su más terrible teoría: Sejanus había huido para consumir esas bayas.

¿En serio había aprendido de ellas en la enfermería o ya estaba planeándolo todo cuándo se acercó allí a pedir información?

No tendría que haberlo dejado venir solo.
Sí él había sido tan amable en acompañarlo a buscar a Lucy tendría que haberle devuelto el favor acompañándolo de vuelta.

¡Todo esto era su culpa!

Volvió a la habitación que continuaba totalmente desierta y acomodó las pertenencias de su compañero dentro de la caja de metal para dejarla sobre la cama.
Se sentía atrapado en una situación sin ninguna salida.

No podía salir fuera a buscar a Sejanus, y tampoco podía contarle a nadie su preocupación porque todo iría a peor. Estaba solo en esto. Y si es que Sejanus ya estaba muerto, estaba solo para siempre.

La idea hizo que el corazón se le encogiera tanto que sintió que no sería capaz de contener las lagrimas por mucho más tiempo.

¿Por qué Sejanus no se había despedido de él en serio? 
¿Le había dicho que se veían luego sabiendo lo que iba a hacer?

Ese no era el chico que él conocía.

¿Todo esto era por Arlo? ¿En serio le había afectado tanto aquella situación tan insignificante? 

No entendía nada.
Y odiaba eso.

Dejó caer la cabeza sobre su colchón cerrando los ojos con fuerza.
Quería despertarse y comprobar que esto no estaba pasando.
Sí, de verdad quería eso, quería despertarse y reírse de toda esta situación tan irreal.

Sejanus no podía estar muerto.

No debía...
No tenía que...

No de aquella forma.

—Coryo...

El corazón le dio un vuelco y le tomó un segundo eterno que su cuerpo respondiera a sus ordenes de nuevo.
Su voz había hecho que un escalofrió le recorriera la espalda.

Se volvió a mirarlo y antes de lo que fue capaz de pensar, atravesó su habitación y le soltó una cachetada que dejó al otro chico totalmente desconcertado.

— ¡Pedazo de imbécil! —la voz se le quebró produciéndole aún más rabia.
—P-p... ¿q-
— ¡No puedo creer lo que hiciste! ¿Qué te pasa? ¿En qué estabas pensando?

don't blame me ✔Onde histórias criam vida. Descubra agora