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Narrador omnisciente

Hace una semana que ellos se habían juntado con sus amigos.

Hoy era la fiesta cuál el 9 de River había invitado a su enamorada.

Ambos estaban con los nervios a flor de piel, ya estaban listos, solo faltaba que el cordobés la pasé a buscar y se irían directo a lugar dónde se haría la fiesta.

El nacido en Calchin agarro el ramo de flores rosas rojas, que le había comprado a su chica y bajó del auto.
Tocó el timbre y se dedicó a esperar.

Cuando la morocha abrió su puerta, ambos quedaron inmutados en su lugar.

Para nadie era sorpresa que a Julián le parecía una chica hermosa, pero hoy se había lucido y lo estaba más de lo normal.

Cuándo pienso que no puede ser más hermosa viene y me cierra el orto pensó el cordobés al verla.

Por otro lado la de ojos chocolate estaba impactada, Julián siempre le había parecido un chico atractivo, pero verlo de traje y con un ramo de flores rosas rojas, le había movido algo en su interior.

Ahí estaban mirándose de pies a cabeza. Ninguno podía expresarse, ninguno podía asimilar lo que estaban sintiendo en ese momento.

—es.es.estas h.h.hermosa ani—el primero en hablar fue el número 9.

—vos igual juli, gracias—le dedicó una sonrisa que el jugador se quedó mirando bobo por unos instantes.

—para vos—el le extendió el ramo y la chica sonrió agarrándolo.

—son hermosas juli, gracias—ella se hizo a un lado y lo dejó pasar.

Estaban sentados en el living, esperando que sea la hora de partir, sin emitir palabras, no sabían que decir.

Por una parte ella se estaba carcomiendo la cabeza creyendo que se había vestido mal, que era demasiado y un centenar de cosas.

Pero en cambio el, estaba pensando en lo hermosa que estaba ella, lo hermosa que se veía en ese vestido.

—ju... Estoy bien vestida?—la morocha pregunto lo que se venía aguantando.

—obvio que si tati, estás hermosa, yo pienso que no podés ser más hermosa y venís y me cerras bien el orto—ella ríe.

—bueno, gracias, vos también estás muy lindo—las mejillas de ambos estaban teñidas con un tono carmesí.

—y sashi?—hablo con un tono tierno recordando a la niña.

—se fue con mis amigos, nico y flor.

—te quiero besar esos labios tan bonitos que tenés, pero no te quiero arruinar el maquillaje— admitió el cordobés logrando que Tatiana se sonrojara.

—despues bonito, querés?—ella dejó un pico en los labios del contrario dejándolo bobo a éste.

—bueno, esa opción me gusta más—el le sonrió mientras se levantaba para extenderle una mano a ella—vamos yendo.

Ella la tomó y ambos salieron de la casa de la morocha para subirse a la camioneta del cordobés.
Los nervios los carcomían a los dos, si bien estar con el otro les hacía bien, el saber que lo que sea su relación va a ser expuesta en cámaras y probablemente mañana estarían en todos los programas de chimentos y portadas de revistas les causaba cierto temor, a ninguno de los dos les gustaba la  exposición.

Love at first sight | Julián Álvarez Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz