Day 4

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Gojo caminaba junto a Geto, ambos pavoneandose como los presumidos que eran, como no hacerlo, eran hijos de grandes imperios millonarios, además de ser híbridos, mientras que Satoru era un leopardo de las nieves, Suguru era una pantera.

Con esa poderosa sangre y poder monetario, se podían meter en cualquier lugar.

Y ahora se encontraban en un club muy exclusivo, donde todo lo que pasa adentro, se queda adentro.

Drogas, sexo, todo lo que tenías en tus fantasías, podía ser cumplido.

Ambos chicos tomaban whisky, cuando Satoru vio a su objetivo, un lindo híbrido de conejo, pensando que era una chica se acercó, pero se llevó una sorpresa al ver qué un chico, nunca lo había hecho con un chico, pero este era especial, piel porcelana, labios rojos, unos profundos ojos azul océano, pestañas largas y cabello azabache.

- tienes suerte esta noche, me interesaste-

Pensado que ese comentario asustaría al más joven, Satoru pensó que se pondría tímido pero en cambio sonrió.

- puede ser, tu tienes suerte de que me atraigan los carnívoros-

Y con una sonrisa, basto para saber que esa noche sería buena

Satoru comenzaba a moverse, la resaca lo estaba matando pero no olvidaría esa noche, el chico le había dado la mejor mamada de su vida y le había cumplido cada una de sus fantasías sexuales, nunca pensó que el cuerpo de una persona pudiese doblarse como lo hizo con el pelinegro.

Pero todo se fue a la mierda cuando se despertó solo, una simple nota en el buró "una buena noche" sin un nombre, número de teléfono, ni un adiós, Satoru había sido tratado como chico de una noche, le enojó pero, solo quería ver de nuevo al chico que se le escapó.

-deja de quejarte, es la fiesta de compromiso de Yuji, debes dejar tu actitud de mierda-

Suguru estaba molesto, desde aquella noche en el club, Satoru se la llevaba enojado, luego deprimido, gritaba, lloraba, refunfuñando, esos estados de ánimo tripolares tenian a Suguru irritado.

- es que el muy canalla se fue y ni se su nombre y lo he buscado pero nadie lo recuerda, incluso hablé con el gerente y no lo recuerda como cliente frecuente-

- ya deja de corretear damiselas, sabes que debes dar buena impresión, el señor Jin vse molestará y si le dice a tu padre, te cortará los fondos-

Satoru solo observó al sonriente pelirosa que hablaba por micrófono, no quería más problemas con el viejo, asi que decidió seguir el consejo de Suguru.

Si bien los Itadori eran un clan de tigres fuerte, no estaban al nivel del Gojo, la lucha de poder entre los Gojo, el clan tigre Itadori y los lobos Zen'in, era una lucha de poder de muchos años.

- bienvenidos señor, es un honor para mí, con una inmensa felicidad, anunciarles que mi hijo Yuji Itadori está comprometido y nada más y nada menos que con el hijo de un gran amigo, Toji Zen'in, denle un aplauso al futuro matrimonio, Megumi Zen'in-

- vaya Yuji se consiguió uno grande, tal vez ambos se fusionen para derrotar a tu padre económicamente-

Pero Satoru no siguió escuchando, de la mano de Yuji venía el chico de esa noche, tal vez por eso no sabía de él, un conejo entre un clan de lobos, era una anomalía que pocas veces pasaba, el chico tenía una falsa sonrisa, mientras que la de Yuji era genuina.

Satoru espero el momento y cuando el chico fue al baño sin su prometió, decidió atacar.

Al entrar cerró la puerta y Megumi no se sorprendió mucho al verlo.

- asi que eres un Zen'in, nunca lo hubiese imaginado-

- nunca nadie se imagino que Toji Zen'in tendría un hijo con una mujer sin poder, de la cual, herede todo-

- tu madre debió ser una belleza, tal vez por eso tú padre se volvió loco por ella-

- aún así, solo soy para el una forma de destruir a tu padre, aliandose, ambos tendrán más poder que el gran Gojo-

- ¿y tú qué quieres Megumi?-

Entonces Satoru lo vio, el mismo brillo que vio en los ojos de Megumi ese día, el no tenía la culpa de nacer entre la avaricia, era un simple conejo que había nacido entre cuna de lobos, lobos avariciosos que solo querían poder, se sintió identificado, el solo era un leopardo peón, que en unos años seguiría un camino que no eligió, si no que se le impuso.

Megumi se acercó a Satoru y susurro al oído

- puede que tal vez lo que ocurra a entre nosotros, se quede entre nosotros-

Entonces ambos sonrieron, su el mundo quería arder, ellos lo harían, nadie los iba a controlar de nuevo, tomarían las riendas de su destino, un camino difícil, pero no imposible.

MegumiBDAYWeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora