Shark×Beliar

^^Capitulo VII ^^

El dilema de perder lo que había llegado a significar tanto me atormentaba. Mis sentimientos hacia Shark se intensificaron, y la aprehensión de perderlo se convirtió en una carga que llevaba conmigo a cada paso...

Las sombras de la duda se intensificaron con la presencia de Inés. Su coquetería hacia mí despertó una incomodidad palpable en el aire, una tensión que Shark percibía con aguda sensibilidad.

Shark: Bel, ¿notas cómo Inés actúa contigo?

Beliar: (pausa) Sí, lo noto. Pero Shark, tienes que entender que ella es solo una amiga.

Shark: (frunciendo el ceño) No me gusta cómo se comporta. Siento que hay algo más detrás de sus gestos.

Beliar: (suspira) Puede que estés sobreanalizando las cosas. Inés y yo somos solo amigos, te lo aseguro.

Aunque mi voz intentaba tranquilizar a Shark, la inquietud persistía en sus ojos. La dinámica entre Inés y yo se volvía una cuerda tensa, y cada gesto suyo parecía aumentar la presión en esa cuerda, amenazando con desequilibrar la conexión que compartíamos...

A medida que la tensión entre Inés, Shark y yo se volvía más evidente, algo más comenzaba a desvanecerse en la esencia misma de nuestra conexión. La intimidad compartida, que antes ardía con una pasión vibrante, ahora parecía envuelta en sombras de insatisfacción.

Nuestras noches, que solían ser un encuentro apasionado, se tornaron en un reflejo de la complicidad que estaba desvaneciéndose. El contacto físico ya no resonaba con la misma intensidad, y la chispa que encendía nuestra unión parecía debilitarse.

Beliar: (suspira) Shark, ¿sientes que algo ha cambiado entre nosotros?

Shark: (reflexivo) Sí, Bel. Nuestra conexión ya no se siente como antes. ¿Qué está pasando?

Beliar: No lo sé. La sombra de Inés, la incomodidad, ha afectado nuestra intimidad.

Shark: (frunciendo el ceño) No deberíamos permitir que algo externo afecte lo que compartimos.

Aunque intentábamos mantener la llama viva, la realidad de nuestras emociones se reflejaba en cada gesto. La pasión que una vez encendió nuestras noches se veía eclipsada por la sombra de la inquietud...

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Shark

La tensión acumulada finalmente alcanzó un punto de quiebre. Shark, cargado de inseguridades y furia, decidió abordar directamente a Inés. La confrontación se llevó a cabo en un lugar sombrío, donde las sombras danzaban al ritmo de sus emociones intensas.

Shark: Inés, necesitamos hablar sobre tu relación con Beliar. Está afectando nuestra conexión.

Inés: (sonríe fríamente) Oh, Shark, no tienes idea de lo que estás diciendo.

La atmósfera se volvía tensa, como un duelo de sombras donde cada palabra pronunciada resonaba como un eco siniestro. Shark, movido por la pasión y la necesidad de proteger lo suyo, no anticipaba la respuesta fría y calculadora de Inés.

Shark: No permitiré que te interpongas entre Beliar y yo.

Inés: (se ríe) Interesante. ¿Crees que puedes amenazarme?

El intercambio de miradas era un choque de voluntades, donde la frialdad de Inés se contraponía a la furia ardiente de Shark. Cada palabra pronunciada era una arma en este duelo de sombras, y el terreno se volvía más resbaladizo con cada instante que pasaba.