Once

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Debió de ser malo, pero no lo considero así, ambos se habían quedado dormidos hasta tarde, pues cuando la alarma sonó la queja del más bajo pulso a Draken a cancelarlo y luego a seguir durmiendo con él, en un abrazo que les proporcionaba calor a a...

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Debió de ser malo, pero no lo considero así, ambos se habían quedado dormidos hasta tarde, pues cuando la alarma sonó la queja del más bajo pulso a Draken a cancelarlo y luego a seguir durmiendo con él, en un abrazo que les proporcionaba calor a ambos,

En muchísimo tiempo Mikey no había podido dormir cómodamente, pero, ahora con el latido sincronizado de ambos y sus respiraciónes lentas, era otra historia. Simplemente se sentía tan diferente, tan cómodo y lleno de paz que no pudo evitar sentirse cómodo. Y durmió como nunca antes lo había hecho.

Draken por su parte podría opinar lo mismo, están completamente complacidos, dormido completamente, abrazando la cintura ajena, mientras el otro usaba su otro brazo como almohada, Mikey le había dado la espalda, pero no importaba, bastaba tener su calor cerca.

Y es que Mikey no era tonto, sabía que, si lo miraba toda su convicción no funcionaria, se iría a abajo, notoriamente había tanto que en su pecho que si lo mira diría adiós a toda su convicción. Lo sabía y por eso le dio la espalda, pero le había fallado un simple cálculo.

Ya que la presión que estaba sintiendo terminó por despertarlo, no entendía bien como estaba en esa situación, pero claro, Draken también es hombre, debía salir de ahí antes de que se diera cuenta, que se dio cuenta y lo notará también. Se quedo helado y aunque no quisiera debía irse.

Negó con la cabeza mientras quitaba el brazo que estaba en su cintura, comenzando un escape fallido, al ser atrapado de nuevo, el gato que dormía cómodamente a sus pies decidió quedarse ahí un poco más, Mikey siempre había sido perezoso, siempre. Y por la mala jugada de no poder dormir bien en esos días el cansancio lo estaba venciendo, el simple hecho de quedarse dormitando unos minutos, fue el tiempo suficiente para que su corazón le recordara de una vez la verdad de la que tanto huye.

Mikey que para el memento en el que sintió un suspiro en la nuca de parte del más alto termino de despertar, atino a ver sobre su hombro notando el rostro durmiente de ese hombre, con su cabello en marcando sus facciones, el largo a sus ojos de las hebras negras eran perfectas, simplemente pudo haber sido un impulso, pero llevo su mano a su cabello y mientras jugaba con las hebras negras pudo notar algo.

Un tintaje en su piel que lo hizo dar un salto, a pesar de todo movió los dedos más para despejar el área y poder ver, si, era verdad había un tatuaje ahí, uno de espirales y la marca distintiva de un dragón, algo que Mikey nunca pensó ver. Él tenía un tatuaje, él que es un empresario refinado y pulcro, él tiene un tatuaje que le alboroto completamente el alma.

Porque esa tinta y ese diseño los había visto antes, no sabía dónde, pero los había visto antes, los había visto y sabía perfectamente que era más que una corazonada, lo acarició un poco más y se permitió ver eso, se quedó así unos minutos muerto en los pensamientos que no debían invadir le, olvidando completamente qué estaba en un serio problema. Uno de manos grandes y brazos fuertes que no lo dejaba escapar de donde estaba.

La Usurpadora (Drakey) Where stories live. Discover now