Capítulo 18.

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Acercándose al Final.

-Oh vamos... ¿que es lo peor que podría pasar?

Fue dejando besitos en la piel de mi cuello suavemente, pasó su lengua por mi lóbulo, me estremecí y me separe.

-En verdad _______ -La mire-. Podría llegar a separarnos... hasta... no lo se...

-Ross, tranquilízate, es tu padre -Acaricio mi cabello-. ¿Qué clase de padre podría vengarse de su hijo?

Suspiré.
Hice que se sentará correctamente a mi lado para luego volver a mirarla nuevamente.

-¿Qué clase de hijo se mete con la novia de su padre? -Repetí las palabras de Jo, algo arrepentido.

No me arrepentía de estar con _______, de lo contrario hubiera terminado siendo mi madrastra.

Pero joder... haber traicionado a mi padre de esa forma me pone los pelos de punta.

_______ se recostó en la cama lentamente sin devolverme alguna mirada.

-¿Te arrepientes?

Pregunto dolida, podía notarlo en su voz.

-Claro que no pero... pero lo que hice estuvo mal... completamente mal.

Ella asintió algo confundida.
Me recosté a su lado y la abrace por la cintura. Deje un beso en su mejilla y le presioné las caderas.

-No pienses que me arrepiento, no es así -Dije, estaba triste, y no quería que estuviera así-. Te amo como no tienes idea nena, si no, no hubiera venido a buscarte a Francia.

Ella asintió.
¿Estaba molesta?

Cuando _______, se molestaba, no emitía ni una sola palabra, solo dejaba de hablarme... Ay no..

-¿Estas molesta?

Pregunte tímido
No quería perderla, hace mucho que no nos peleabamos.

Ella negó con su cabeza y se separó de mí y se digirió hacia la cabecera de la cama, apoyó su espalda allí y junto las piernas en su pecho y abdomen, escondió su cabeza allí.

-_______... nena...

Me acerque a ella.
Por suerte no estaba llorando, eso me hacia sentir mejor.

No me gustaba ver llorar a mi chica.
Creo que si ella esta feliz, yo estoy feliz, si ella esta triste, yo estoy triste, y así.

La abrace como pude.
Apoye mi mentón ligeramente en su cabeza. Bese su cien y puse mi mano sobre la suya.

Pero ella la quito y me miro fijamente.
Tanto que llegue a asustarme por un momento.

No podía ver que expresaba su rostro, no era enojo, pero tampoco era felicidad.

-Ross... y si... si... ¿terminamos?

Abrí los ojos como platos.
Negué con la cabeza al instante.

-¿Por qué dices eso? Estamos muy bien juntos, _______.

-Ross... de esa forma tu padre no nos hará daño -Suspiro ondamente-. Lo que hicimos estuvo realmente mal, piénsalo, tu padre puede llegar a separarnos, o aún peor, puede llegar a hacernos... daño... ya sabes.

Trague saliva y volví a negar.

-Hallaremos la forma en la que...

-¡Es la única opción Ross! -Exclamo-. ¿¡Qué no te das cuenta!? Tu padre quiere separarnos, quiere vernos haciendo nuestras vidas por diferente camino... ¿Qué acaso no lo entiendes?

Cerré los ojos.
Desgraciadamente, botando lágrimas.

No quería separarme de _______.
No quería volver a perderla una vez más..

La madrastra II | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora