xᴠɪ | ᴇᴜɴ-ʏᴇᴏɴɢ ɴᴏ ᴍɪᴇɴᴛᴇ

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Asintió y abrazo más a sus rosas. Fueron de suerte. Volteó al frente y se recargo, iba a descansar un poco, fueron emociones fuertes y estaba agotada pero algo llamo su atención. Se incorporó de nuevo. Entre el siento de el piloto y copiloto había algo... su corazón empezó a latir con fuerza sin saber por qué.

-Ese... ese oso -señaló.

-Oh, pensaba dárselo a una niña o a un niño de la calle, ya sabes, también merecen regalos.

Sentía que Shi-oh la miraba, podía matarla si tuviera ese poder. Incluso sentía tensión. Agarró al oso y lo elevó a la altura de sus ojos. ¿Por qué el oso y las rosas le parecían similares? Vió de reojo, Shi-oh la seguía viendo. ¿Era buen momento para desbloquear sus poderes al tocarlo? Devolvió el juguete a su lugar y empezó a acercar su mano a la de Shi-oh, el veía el movimiento de su mano, no hacia nada.

Estaba a escasos centímetros cuando:

-¡Llegamos! -gritó apartando su mano y señalando el edificio.

Se sostuvieron la mirada por un buen rato hasta que sin decir nada se bajó del auto. No. Nada volvería a como antes. Eun-yeong debía ser más cuidadosa. Estar alerta todo el tiempo.

Se quitó la ropa mojada y junto a la anterior la metió a la lavadora. Debía devolver el uniforme y entonces se disculparía. Si, así le haría. Tenía bastantes llamada de Hee-sik y Shi-oh, de hace una hora. Apagó su celular y se metió a la cama no sin antes ponerse su pijama preferida. Cuánto más pensaba en su padre más recuerdos venían. Si hubiera podido recordar desde siempre se hubiera ahorrado tantos años de rencor a Shi-oh.

Esa noche apenas pudo cerrar los ojos cuando su alarma sonó. La misma rutina de todos los días: baño, vestirse, desayunar, zapatos e irse. Estaba en los zapatos hasta que recordó su celular y volvió por el... las rosas. En el suelo, tristes y solas, sintió lástima por ella. Tiró las flores viejas, puso agua y las metió ahí después de quitarles algunos pétalos y el plástico que les daba la forma de ramo.

Las observó unos momentos. Tenía el sentimiento de saber que las rosas y el osito tenían algún mensaje subliminal. Le resto importancia y salió del departamento. Estuvo en Doogo media hora después y todo era un caos.

De alguna forma habían podido descubrir la droga... Eun-yeong fue en busca de Shi-oh pero el estaba dando declaraciones. ¿Hace cuánto había sucedido? Se vio con Hee-sik ayer... ¿fue mientras lloraba en su anterior vivienda? ¿Por qué Shi-oh no dijo nada? Le llamó tantas veces pudo a Hee-sik. No le respondió.

Seguía sin ser de confiar para él, por eso no sabía nada... espero paciente a la llegada de Shi-oh, solo una hora de pie moviendo la pierna. No sé atrevía a ver las noticias en internet, en realidad no sabía mucho de eso. Solo tenía una red de mensajes y nada más.

-Shi-oh -él la miró extraño. Tenía las manos echas puños en el pantalón, fue directo a su escritorio.

Se sentó, cerró los ojos y echo la cabeza hacia atrás. Ella lo miraba, ¿qué debía hacer? ¿Exigir explicaciones de esa estúpida droga de la cual no se había molestado en averiguar nunca?

-Shi-oh, vamos a almorzar, tengo hambre y...

-¿Cómo salió esa información de Doogo? -seguía en su posición.

-¿Qué?

-Nadie aquí más que mi asistente, algún que otro, tu y yo sabemos de la droga, y en este tiempo jamás había salido ni una palabra -se enderezó y finalmente la miró -. ¿Cómo fue?

-¿Insinuas qué fui yo?

-Vamos a comer -salió antes de la oficina.

Eun-yeong confundida lo siguió. No insistió. Era claro que él sospechaba de ella, pero, ¿en serio? Ni siquiera tuvo las agallas de revelar aquella grabación, ¿hubiera podido revelar aquello? Era una estupidez. ¿Todos habían decidido dejar de confiar en ella?

𝐌𝐘 𝐋𝐎𝐒𝐓 𝐆𝐈𝐑𝐋 • 𝑹𝒀𝑼 𝑺𝑯𝑰-𝑶𝑯Where stories live. Discover now