9. Una mirada

2 0 0
                                    

*'*
Ternuritas, un poco de cursilería es necesaria alguna vez en nuestra vida, disfruten el nuevo capitulo

*'*

Ya no importaba el mundo, en sus brazos la vida era perfecta.
Ya queria devorarlo, si, a besos, sentirlo cerca respirar el mismo aire. No obstante las palabras no siempre llegan e inicia el juego...

Gabriel

Que pasa con esa pequeña que no sale ya de aqui?
Donde quedo aquel hombre que no se volvería a enamorar, si eso fué lo que jure cuando termine definitivamente con Leyla, la tipa que despues de haber tenido todo lo mejor de mi, me adorno la frente con dos lindos y hermosos cuernos en mis narices, si, estaba perdidamente enamorado de aquella hermosa pero astuta mujer.

Reponerme no fue fácil, tarde meses en lograrlo, pero algunas personas fueron claves para alcanzarlo, y ella, ella me volteaba el mundo, era bella, no por su apariencia, si no en su interior, apesar de las continuas tormentas que experimentaba en su dia a dia, podía florecer sin ningun problema y eso la hacía mas que especial, no resulto dificil apreciarlo, era transparente, brillante, era como una luciérnaga.

Poco a poco fui queriendo a ese ser, tanto qur a diario iba a verla, solo para mirar su curva, esa que no salía de mi cabeza, su sonrisa, adornada con brackets que aunque los odiaba, amaba como lucían en ella, en esos dientes no tan pequeños, cubiertos por un par de labios carnosos, provocativos que solían ser una distracción basante fuerte.

Probar esos labios, fue lo mejor, esa mujer me estaba volviendo loco con sus detalles, cantarme al oído, eso hizo que ganara el premio mayor, mi beso. Estaba entre asombrado y complacido en ese momento, había dado un gran paso y con la persona indicada.

Cerrar los ojos significaba adorar esa carita, no tan angrlical, un tanto ruda pero demasiado llamativa. Me había cautivado, no en el sexo, no cabía la lujuria en nosotros.

Anhelaba hacerle olvidar ese trago amargo que le tocó pasar con el decrepito Ryan, yo sólo quería protegerla, cuidarla, apoyarla y siempre mantener viva su preciosa sonrisa, y verla feliz, disfrutando de la vida, con sus habladurias y su excelente sentido del humor, aunque no mejor que el mio, que me hacía olvidar mis problemas y sumergirme en su mundo Zoelandia por que así le llamaba.

Poco a poco fui logrando hacerle sentir lo que yo estaba sintiendo, era diferente a todo lo que anteriormente había vivido, esto era real, maravilloso y mutuo, por primera vez sentiamos lo mismo.

Quería arrancarle los miedos que no la dejaban surgir, la verdad sólo quería ayudarla a ser más fuerte y que jamás se fuera de mi.

Me estaba enamorando de Zoe.. Mi Zoe

Para siempre©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora