—¿Qué haces aquí? — le gruñí a Cecilia.
—Necesito hablar contigo Lia. Por favor.
La miré fijamente a los ojos sin responder nada. No vi un sólo signo de maldad o mentira en su rostro. No podía hablar ahora, así que la cité para el próximo día, a la misma hora, sabiendo que no habría nadie en la casa y que yo estaría sola con la bebé. Podríamos a hablar. Y sus ojos me decían que la escuchara. Y yo quería hacerlo.
Cerré la puerta una vez que se marchó y volví a mi sitio con las chicas. Sabri seguía durmiendo. Las dos me miraron en silencio.
—¿Quién es ella? — rompió el silencio Nare.
Suspiré. —Ella es Cecilia.
—Sí, eso ya oí. ¿Quién es?
—Es la hermana de Marsha.
—¡¿Qué ella es quién?! — gritó.
Ahora fue el turno de Mar de retarla porque la bebé dormía.
—¿Cómo es que tú la conoces? — preguntó Mar en un tono bajo.
—Vino a mi trabajo, sabía quién era yo, y lo único que quiere es ver a su sobrina.
—Ah no, eso sí que no. Me trae mala espina — comentó Nare negando con la cabeza.
No le diría que la cité para mañana porque comenzaría a gritar de nuevo en defensa de su prima. Lo tendría que hacer en secreto...
—Bueno, no hablemos de ello ahora, tenemos cosas más importantes que hacer — dije y las obligué a seguir con el trabajo.
Al otro día el timbre sonó justo cuando yo lo esperaba. Cecilia era puntual. O no quería perder la oportunidad de explicarse, pensé. Abrí la puerta antes de que tuviera oportunidad de tocarlo de nuevo. Invité a Cecilia a la casa y le ofrecí una taza de café.
— Claro — aceptó mientras buscaba algo con la mirada. Es obvio que buscaba a Sabri. ¿Pensaba que la dejaría a el alcance de su vista? La bebé estaba perfectamente durmiendo en el dormitorio de Zacha.
— Está durmiendo en el dormitorio de Zachariah — expliqué.
— Oh — dijo simplemente y yo me dirigí a la cocina para servir las tazas de café recién hecho.
Volví poco después y puse las tazas en la mesita ratona del living. — Siéntate — le ofrecí y ambas nos sentamos, cada una en un sofá diferente. — Entonces... Te escucho.
Cecilia asintió y tragó. — Marsha... Ella no tubo una buena infancia. Ninguna de las dos la tubo. Somos huérfanas y ella me ha criado a mí con algo de ayuda de nuestra abuela. Marsha siempre a tenido trabajos fáciles, que traigan dinero fácil. Si entiendes lo que quiero decir... — suspiró. — Ser la cocinera o ama de llaves de aquí, del señor Pierson, fue su primer trabajo digno. Y como verás las cosas no le salieron muy bien... Yo no puedo remediar lo que hizo mi hermana. Pero si puedo pedir disculpas y luchar por mi derecho y el de mi abuela de ver a Sabri como familia que somos de ella.
—¿Y acaso tu abuela y tú creen que podrán así como así disculparse y ya? ¿Problema solucionado?
— Marsha ha desaparecido. Literalmente. No sabemos nada de ella desde el día que llegó a casa sin la bebé, tomó sus cosas y se marchó. Inmediatamente supimos que algo estaba mal. Buscamos a la bebé por todos lados, aún no habíamos llegado a pensar de que la habría abandonado aquí.
Hice una mueca al escuchar la palabra "abandonado" para referirse a lo que pasó con Sabri.
—No sé que hacer, Lia. Marsha es mi hermana y la quiero por todo lo que hizo por mí. Pero eso no escusa el que haya separado a una familia y encima haya abandonado a su bebé. No sé que más decirte, Lia. Yo cuidé a mi sobrina durante dos semanas. Luego Marsha y ella desaparecieron, para luego volver y sin la bebé. Tú viste lo que ella es. No puedo simplemente dejarlo pasar y olvidarme de ella. Es mi sobrina.
Asentí entendiendo lo que quería decir. Pero yo no tenía voz ni voto en esto. Sabri no era mía.
— Entiendo lo que quieres decir, Cecilia. Pero yo no puedo decidir nada. No tengo ni voz ni voto en todo esto. Y creo que a Zacha no le va a gustar nada. Elizabeth es más comprensiva, pero Zacha tiene un cierto rencor por todo lo que pasó... No creo que acepte que la veas... Tiene miedo a que se nos la lleven. El juez de menores ya está a un paso de darle la tutoría de la niña a Elizabeth y el problema estará cerrado. Pero mientras tanto... Cualquier indicio como este no es bueno.
Cecilia bajó la mirada a su taza de café y tomó un sorbo. El silencio estuvo presente el próximo minuto.
—Entiendo — dijo finalmente. — Yo sólo quería que al menos alguien entienda que no hago esto con maldad. Sólo quiero conocer a mi sobrina... y ser parte de su vida.
Se levantó con pesar y se dirigió a la puerta con tal pena en su rostro que no pude evitar detenerla. — Cecilia — la llamé. Se volteó. — Zacha y Elizabeth estarán en la fábrica hasta muy tarde. Si quieres puedes... verla un rato... hoy — ofrecí.
Una sonrisa se extendió por todo su rostro y asintió. La acompañé hacia la habitación de Zacha y le di unos momentos a "solas" con la bebé, quedándome yo en la puerta. Cecilia lloró al ver a su sobrina. Le tomó su manito y le habló. Cosas cómo que haría lo posible por verla y nunca se rendiría. Eso tocó mi corazón. Cecilia de verdad que quería a esa bebé de poco más de cinco kilos. Es increíble como una pequeña personita llega a crear tanto afecto.
— Sabes... podemos concordar algunos días para que la veas hasta que todo esto se solucione, ¿quieres? Tú déjame hablar con Zacha. Voy a intentarlo.
Ella se escurrió las lágrimas con una sonrisa y asintió. — Es más de lo que puedo pedir, Lia. Gracias. Sabía que tú entenderías.
Poco tiempo después Cecilia me dio su número de teléfono y se fue dejándome sola con mis pensamientos. ¿Habría hecho bien en ofrecerle eso a Cecilia? ¿Qué otra cosa podría hacer? Sí era sólo una adolescente, poco menor que yo. Me puse en su lugar y yo también haría lo que está haciendo ella para poder ver y luchar por mi sobrina. Y después de conocer a esa bebé... como para no quererla.
Lo que no sabía es que me equivocaba. Y que esta decisión iba a traer más de un problema...
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¡Estoy de vuelta! Y me voy otra vez por un mes... MATENME AHORA. Ando corta de tiempo, ando con falta de inspiración, todo. ¿Qué hago con mi vida ahora? D: En fin, espero que sepan entender. Ya dije anteriormente que nunca dejaré esta novela sin terminar. No importa cuanto tarde entre capítulo y capítulo. ¿Comprenden eso? Okay, ya estamos. Tengo planeado los dos siguientes capítulos, así que espero poder escribirlos pronto (ojalá, por favor).
¡Besos enormes! Los quiere, Vani
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Dime que aún me amas.
Romance¿Y si te robo un beso? #2 Lia y Zachariah creyeron que todos los problemas estaban resueltos y que de ahora en adelante todo iría bien. Pero la vida y la realidad los jode un poco más. Una nueva integrante se suma a la familia. Zachariah tendrá que...
Capítulo 7. Pequeña personita.
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