Dos Batallas La Misma Sangre

Comenzar desde el principio
                                    

- Hemos tenido algunos... inconvenientes menores de los que ocuparnos. Freya Familia ha estado husmeando demasiado en nuestro negocio, y nuestros 'Amigos extranjeros' no están muy contentos con lo lento que están progresando nuestros planes. Se están poniendo ansiosos.

- ¿ extranjeros? Te refieres a la, alianza.. Si.. Ellos son todo un problema, a, parte

- No podría importarme menos lo que piensen. Déjalos manejar sus propios problemas. Estoy aquí estrictamente por negocios, a menos que lo que buscas sea placer".

- Mantén esas asquerosas manos para ti.

-! ¡Por qué tú!

- Diosa, por favor. Recuerda para qué viniste aquí

¿Una diosa? ¿Había otro Dios aliado con Evilus? ¿Y quiénes eran estos invitados a los que se refería?

Espera, ¿mencionó a Freya Familia? ¿Por qué estarían monitoreando a esta Diosa en particular?

La única Diosa que conocía que buscaría pelea con Freya además de Loki sería-.

- Ya se han ido Dijo Filvis en voz baja, quitando su mano de la boca de Lefiya.

- ¿Qué pasó? ¿Quién estaba hablando?"

- Había tres personas al otro lado del salón. Una de ellas era esa persona vestida de negro de antes, ¿creo que se llamaba Ein? Las otras dos vestían túnicas blancas, y una de ellas era definitivamente una Diosa

Respondió Filvis. "La costa está despejada, debemos seguir buscando una salida".

"¡Espera! ¡Sigamos la dirección que tomaron! ¡Quizás podamos descubrir qué está planeando Evilus!"

Intervino Lefiya, saliendo ya de la esquina para seguir el camino que tomaron los tres.

"¡Lefiya! ¡Argh! ¡Maldito sea Orion por influir en ti !"

Filvis gimió, pero aun así los siguió de cerca, guiándolos hacia la dirección que seguían las tres figuras.

Los dos continuaron bajando por un camino de escaleras, con Lefiya usando la magia de hielo de Riveria para congelar las puertas en su lugar antes de que pudieran cerrarse.

Justo cuando atravesaban otro pasillo vacío, Filvis de repente se detuvo.

- ¿Filvis?"

- ¿Escuchas eso?"

Lefiya estaba a punto de comentar cuando ella también lo escuchó.

¿Alguien estaba... cantando?

- ¿Eso fue un canto? No, sonó como... ¿cantar?"

- Vino de allí en esa habitación". Filvis señaló una puerta adyacente a la izquierda. Al mirar a través de él, Lefiya pudo escuchar el sonido del cántico hacerse aún más fuerte, aunque no pudo entender cuáles eran las palabras.

- ¡Podría ser arriesgado, Lefiya! Probablemente deberíamos intentar escapar". Filvis advirtió, pero algo dentro de ella la obligó a entrar. Con sus piernas prácticamente obligándose a avanzar, Lefiya tropezó con la puerta, y Filvis no se quedó atrás.

Un poco de experiencia cambia todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora