Durante ese tiempo, Mobei-jun pensó en muchas cosas y también se tomó la tarea de observar a los humanos en sus actividades diarias. Observar siempre le había resultado útil para aprender. Y en esta ocasión, no había sido la excepción tampoco.

Durante las semanas que pasó observando a los humanos, se dio cuenta de por qué quizás Shang Qinghua le temía. Algunas cosas básicas las había descubierto él mismo, pero había cosas que no terminaba de entender y necesitó observar a estos humanos para poder entenderlo mejor.

Que de repente dejara de golpear a Shang Qinghua no significaría que el pequeño hombre comenzaría a confiar en él. Claramente seguiría teniéndole miedo, en especial luego de años de burlarse de él y patearlo como si fuera un perro desobediente. Alguien que era tratado así, ¿no tendría miedo y desconfiaría siempre de quien lo había tratado tan mal? Y tampoco ayudaba el que Mobei no hablara demasiado ni fuera capaz de expresarse ante Shang Qinghua como realmente quería.

Por un lado no podía pedirle perdón por asesinarlo, después de todo eso no había pasado ahí. Pero todavía podía pedirle perdón por haberlo tratado mal durante mucho tiempo. Podía disculparse por tratarlo como un animal, por haberlo golpeado e insultado. Podía demostrarle todavía que solo quería hacer las cosas bien, que no buscaba burlarse de él, podía hacerle notar que valoraba su trabajo, su esfuerzo. Mobei-jun sabía que si no fuera por el trabajo de Shang Qinghua, ni él ni los demonios que lo habían seguido hubieran estado tan ociosos.

Si no fuera por ese pequeño hombre que tomó todo el trabajo tedioso, ninguno de ellos hubiera disfrutado de no hacer nada más que pelear en el Desierto del Norte.

Si no fuera por Shang Qinghua, la vida de Mobei-jun sería tan monótona y solitaria.

Ese día, Luo Binghe le pidió hablar. Todavía había arreglos que hacer y pequeñas cosas con las cuales ponerse de acuerdo. No serían conversaciones extensas, principalmente porque muchas cosas ya habían sido pautadas y Mobei-jun sabía cómo conseguirlas. Pero todavía había cosas que tenían que arreglar y algunas en las cuales ponerse de acuerdo. La Conferencia de la Alianza Inmortal todavía era un evento lejano, pero tenían que arreglar algunas cosas al respecto antes de que Luo Binghe tuviera que caer de nuevo.

Cuando Junshang se mostró de acuerdo con todo y se disponía a regresar, Mobei-jun lo detuvo.

—¿Ocurre algo?—preguntó Binghe confundido, no era habitual que Mobei quisiera seguir con una reunión que ya había finalizado.

—Quisiera un consejo de Junshang.

Binghe parpadeó confundido.

—¿Un consejo?—Mobei asintió—Bien, ¿en qué puedo ayudarte?

—Junshang, ¿cómo hago para que un humano deje de tenerme miedo?

Binghe lo miró fijamente por largo tiempo.

—No todos los humanos les temen a los demonios, a menos de que quieras que un humano en específico deje de tenerte miedo.

—¿Y cómo podría hacer eso? Que un humano en específico deje de tenerme miedo.

Luo Binghe lo analizó en silencio, pero no hizo ningún comentario sobre el humano al que Mobei-jun quería agradar. Sin embargo, estaba seguro de que sabía de quién hablaba.

—¿Alguna vez alguien de tu familia fue afectuoso contigo?

Mobei-jun hizo memoria, trayendo al presente recuerdos remotos de su pasado. ¿Alguien afectuoso con él? Su tío lo fue al principio. O bueno, en realidad fue "agradable" hasta que se cansó de lidiar con el pequeño niño molesto que lo seguía y lo lanzó al mundo humano. Su padre nunca había sido afectuoso en ningún sentido y su madre...bueno, su madre fue la única capaz de demostrarle algo de cariño. Lo malo de todo eso fue que no duró mucho tiempo.

Sistema de Redención del Villano Escoria (BINGJIU)Where stories live. Discover now