☆𝙳í𝚊 𝟺☆

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El único recuerdo que conservo es de un lodazal inmenso. Un profundo lodazal, viscoso y pesado, donde cada vez que daba un paso se me hundían los pies. Y yo cruzaba haciendo un esfuerzo sobrehumano. No veía nada, ni delante ni detrás de mí. Sólo un central de tines oscuros extendiéndose hasta el infinito.
El tiempo transcurría al ritmo de mis pasos. A mi alrededor, hacia tiempo que todos habían emprendido la marcha, y yo y mi tiempo seguíamos arrastrándonos con torpeza por aquel lodazal. La gente clamaba cambios, y estos se encontraban a la vuelta de la esquina. Pero los acontecimientos que tuvieron lugar, todos y cada uno de ellos, no fueron no fueron más que pantomimas carentes de entidad y significado. Y yo me limitaba a vivir día tras días sin apenas levantar la cabeza. Lo único que se reflejaba en mis pupilas era aquel lodazal infinito. Levantaba el pie derecho, luego el izquierdo, de nuevo el pie derecho. Ni siquiera sabía con certeza dónde me encontraba.No lograba orientarme. Sólo sabía que tenia que dirigirme a alguna parte y, por ese motivo movía los pies.

La chica que tuvo ese desagradable sueño se despertó de golpe sudando ante la tensión de ese sueño fuera de contexto para ella. Ella no recordaba nada de eso pero se sentía tan familiar y desagradable a la misma vez, que daba un poco de miedo.

La pequeña chica para liberarse de toda la tensión acumulada decidió darse una ducha fría para quitarse el peso de encima.

Por que si bien recordamos hoy empiezan sus actividades para sacarle información al septimo de los misterios y vigilar a uno de sus amigos, pero antes de todo eso tiene que ir por un pequeño objeto para que pueda ver a dichos espectros.

Una vez con todo listo la chica salió de su casa con rumbo a la academia Kamome para verse con Minamoto-senpai y que este le de sus indicaciones de las cosas que hará el día de hoy.

Y lo mejor de todo es que ya no tenía que preocuparse ya que dejo a su mejor amiga en manos de Yokoo y estaba segura que él hará un buen trabajo al cuidarla.

-Llegue Minamoto-senpai- dijo ella alegre.

-Me alegra que allá llegado, justo tengo lo que te ayudará a ver al séptimo.

El rubio le tendió un pequeño broche para su cabello en forma de estrella a la chica, ese simple brochesito la ayudara a ver a los espectros.

La femenina lo agarro y lo coloco en su bonito cabello aunque también algo enredado.

-Muchas gracias Minamoto-senpai, le aseguro que hare un buen trabajo.

-Estoy seguro de eso, por algo te escogi a ti- dijo con una sonrisa y acariciando el cabello de la femenina.

La chica no sabía que esas palabras pronto dañaran sus pensamientos.

-Aaa, muchas gracias por esta oportunidad- dijo emocionada.

Después de esa pequeña charla la chica se marchó a la entrada para esperar al menor de los Minamoto. Pero al ver entrar al rubio se empezó a sudar frío al verlo cargar la cámara de su difunta pareja.

-B-buenos días Kou-san- dijo nerviosa.

-¡Buenos días ___!

-¿Que esa no es la cámara de Mitsuba?-

Intervino una tercera voz.

-¿Conoces a Mitsuba Yokoo?- pregunto el rubio sorprendido.

-Por supuesto hiba con nosotros en primer año, se sentaba delante de ti y aparte era el novio de ___.

El rubio mira asombrado a la pequeña chica que al escuchar las palabras de Yokoo se puso nerviosa; ya que no le había dicho nada al rubio por el simple hacho de que no se hablaban mucho en primer año por lo que ella dejó pasar eso.

𝕄𝕚 ú𝕟𝕚𝕔𝕒 𝕣𝕒𝕫ó𝕟♡(𝕄𝕚𝕥𝕤𝕦𝕓𝕒𝕩𝕝𝕖𝕔𝕥𝕠𝕣𝕒)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt