Recordaba como de pequeña me sentaba en una de esas almohadas y hacía mi tarea, mientras Osamu-san supervisaba mi exitoso avancé con ellas, se aseguraba de que los guardias fuera de la entrada estuvieran haciendo sus rondas.

-¿No se supone qué habían despedido a todo el personal?.- Pregunté ingenua si lo pensaba bien.

-Cuidar una Hacienda de este tamaño es un trabajo pesado señorita, pero no imposible. Lamentablemente no me pude hacer cargó de el taller y el viñedo por mi cuenta. posiblemente unos cuantos espectros estén rondando por algún rincón de la casa.

-Entonces deberíamos comenzar, ¿Dónde están las cosas Osamu?.- pregunto el abuelo.

Osamu-san llevaba un gran maletín con el, al abrirlo dejo ver dos katanas enfundadas con una tela delgada de color azules rey y otra de rojo , en otro de los espacios de el maletín había una pulsera de cuentas de colores, brillantes y con un pequeño colgante de barbas doradas...

-Uhj...- emití un sonido apenas audible. Esa pulsera me recordaba mucho a la qué en algún momento corte, misma era de el presidente Minamoto.

Por esos recuerdos comencé a acariciar mis manos, estás habían quedado con unas cuantas marcas después de las quemaduras eléctricas qué recibí después de cortar esa pulsera, afortunadamente no sé lograban ver por los guantes qué tenía puestos.

Seguí observando el contenido del maletín, había unos sellos qué yo no conocía, los qué normalmente usaba era. Tiras de color rosa y turquesa, estos eran de color blanco con un colgante de barbas doradas.

El abuelo tomo una de las katanas y se la entregó a Ryota, era la katana qué tenía funda roja.
Ryota dió una pequeña reverencia y la tomo con mucho cuidado con sus dos manos, miré con atención los detalles, tanto qué note como tenía un anillo en una de ellas, Parecía de compromiso por su posición.

-___.- El abuelo me llamó.

Tomo la pulsera de el maletín y los sellos, estos últimos los guardo en una pequeña bolsa roja de terciopelo, me los entregó.
Coloqué la pulsera en una de mis manos y con cuidado tome la bolsa. El abuelo cerró el maletín, dejando en el mis tijeras, en lo qué sería su forma inicial, una katana.

Me quedé extrañada y mire con el ceño fruncido a el abuelo, este no se dió cuenta, pero note como Osamu-san me hacía una mueca con discreción.

-Ryota, puedes ver tu katana.- Ryota asintió y desenfundo la Katana.

Su cuchilla era como las hojas de unas tijeras juntas, eran de un negro brillante ,tenía el nombre del clan grabado delicada y discretamente en la empuñadura, está era color dorado con unos cuantos detalles en blanco.

-Tan hermosas como siempre, entonces, ___.- El abuelo se dirigió a mi hablando casi entre dientes.- Supongo qué ya sabes cómo usar lo qué tienes.

Sabía qué si le contestaba terminaría reprochando algo, así qué solo asentí, mi mirada estaba en mis manos, dónde tenía la bolsita con los sellos.
Mi mandíbula se tenso, ¿Por qué el tiene una katana y yo no puedo tener la qué se supone es la mía? ¡Esas son mis tijeras!.

-Bien, comenzaremos primero con el patio, vamos.- El abuelo comenzó a caminar.- Vamos Ryota.

Noté de reojo como Ryota me miraba, después siguió las órdenes del abuelo y camino junto a él.
Osamu-san se quedó parado junto a mí.

°AMOR SANGRIENTO° 『ᴛˢᵘᴋᴀˢ卂 ʸ ᵗㄩ』Kde žijí příběhy. Začni objevovat