ㅤㅤ( 💙 ) SUBURBAN LEGENDS.
ㅤㅤ ㅤ a satoru gojo fanfic.
❝en dónde naomi y satoru comienzan a pasar tiempo juntos durante la grabación de la primera temporada de la serie jujutsu kaisen❞
ㅤㅤNaomi siempre creyó que
ㅤㅤSatoru Gojo era únicamente
ㅤㅤparte...
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ㅤㅤ Satoru tragó saliva. Nada de esto estaba yendo como él esperaba.
Pasó una mano por su cabello blanco, echando los mechones que le caían en sus ojos por tener la cabeza agachada. La habitación estaba sumergida en la oscuridad, la única fuente de luz siendo los pequeños rayos que se colaban por las ventanas.
Estaba sentado en una silla que era demasiado incómoda, pero de la que se negaba a levantarse. Escuchó el ruido de la máquina que le aseguraba que la chica en la cama, pacíficamente dormida, seguía respirando.
Beep, beep, beep.
Aquel ruido lo atormentaba.
Beep, beep, beep.
— Satoru. —La voz de Shoko lo hizo que levantara cabeza. Era algo serio, pues nunca le llamaba así.
La mujer de veintiséis años suspiró. Los ojos azules de Gojo siguieron el movimiento cansado.
Beep, beep, beep.
Ese sonido lo enfermaba.
¿Cuándo iba a despertar?
— ¿No crees que sería mejor si la dejamos irse? —Su pregunta murió en el aire y fue como si alguien hubiera cerrado su mano alrededor del cuello del peliblanco, privandolo del aire y matandolo lentamente.
Dejarla ir.
Beep, beep, beep.
Sacudió su cabeza, tomando una de las frías manos de Naomi entre las suyas. Tragó con fuerza, intentando deshacerse del nudo en su garganta.
Beep, beep, beep.
Apretó sus labios, nunca apartando sus ojos azules de la pálida cara de la castaña acostada en la cama.
Nunca podría dejarla ir.
— ¿Puedes cerrar la puerta al salir, por favor?
Ieiri lo miró con pena, porque ella más que nadie había presenciado el desmoronamiento del conocido como el hechicero más fuerte cada vez que entraba a aquella habitación de hospital. Ella nunca lo entendió, pues mientras era cercana con Naomi, nunca llegó a sentir algo más que pena por su estado.
No lloro, no se desmoronó, no culpo al mundo por arrebatarsela de las manos.
Simplemente... lo aceptó.
Pero Satoru era una historia completamente diferente.
Él nunca podría aceptar eso.
— Recuerda no quedarte hasta tarde. —Le recordó en un murmuró que no tuvo reacción por parte del muchacho.
