Un corazón en llamas

Y yo soy mi propio principio y final

Esta soy yo la típica que llora con el final de las películas porque no terminan como yo quiero, pero así es la vida, nos toca pasar página y ver finales que no queremos, pero ahí que cambiar esos finales por, cosas bonitas y si me declaro culpable de apreciar los Atardeceres y la luna hasta los cielos nublados de la noche de esos que son grises. Me di cuenta de que esos días son los que debemos sonreír, esos días de lluvia donde deberíamos salir y a bailar dejar que nos empape, porque cuando empezamos a llorar es lo mismo los dos vienen con dolor y si somos los putos príncipes azules de los cuentos que supuestamente nos rescatan enseñarle que nos rescatamos solas del final de nuestro propio cuento, nosotras somos el principio y el fin de nuestra historia nosotras elegimos cuando la empezamos y cuando se termina, para qué queremos un príncipe que se asusta de sus propias emociones, dicen defendernos con espadas y escudos y luego cuando se tratan de sentir o de hacerse responsables huyen, ahí que enseñarles que nosotras no, nos hacen falta que nos defiendan con esas espadas porque tenemos valentía y manos a sí que, lo único que tememos nosotras es a que no tengáis los sentimientos claros, porque siendo sincera si te asustas de unas princesas que sepan luchar y tengas las cosas claras y no de unas que no sepa lo que quiere y tenga un cuento perfecto donde la Princesa sea perfecta entre comillas porque nadie es perfecto, pero chicas sabemos qué princesas buscan, pues no, porque yo soy un desorden metal y me considero princesa porque sé manejar un arma por lo mal que esas princesas lo tuvieron que pasar por asuntos personales son consideradas princesa auténtica y no princesas de porcelana a sí que levantaros y comeros el mundo porque un príncipe no solucionará tu vida existencial y nada básicamente, sal disfruta de los atardeceres o de las discotecas, pero disfruta más de esos días grises es cuando más necesitamos sacar el escudo y a los príncipes solo tenías lo azul.

DE MÍ PARA USTEDES: amaros a vosotras los príncipes azules, se lo lleva la marea, pero no olvidéis de los príncipes que luchan en vuestras batallas, eso son si son príncipes.