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Luzu jugaba con su pequeño hijo que parecía divertirse mucho, Roier reía cuando su padre le hacía cosquillas por no responder bien sus preguntas, de eso se trataba el juego, aveces Roier respondía mal a propósito para sentir besos y cosquillas de parte de su querido padre.
El azabache salió de bañarse y miro a sus dos amores jugar, la risa de Roier era algo que amaba, el pequeño castaño era un niño bastante lindo.
Algo que el híbrido pato no le gustaba admitir es que su pequeño hijo se parecía mucho a su papá, ambos tenían un castaño muy bonito, su piel de un tono palido, eran bastante lindos, lo único que tenía Roier de quackity era sus ojos color avellana aún que cuándo se enojaba se volvían de un intenso rojo.
La casa estaba llena de cuadros del pequeño Roier, algunas de la boda de Luzu y Quackity, pero Roier tenía un montón, era la adoración de sus padres.
─ Okey Roier, ¿Te gusta el gatito hijo del rabis?─ El azabache camino hacía su esposo y le dio un golpe.─ Auch, ¿Por que me golpeas amor?─ Dijo el castaño acariciando su cabeza.
─ Por que andas diciendo mamadas Luzio, es un niño pendejo.─ Insulto el azabache, el pequeño Roier los miro confundido pero rio ante el drama que causó sus padres.
El castaño miro a su esposo de pieza a cabeza notando que estaba sin camisa y tenía una toalla en la cadera ocultando su entrepierna.
─ No se enojé, ya me callo.─ Abrazo la cintura de su esposo y apoyo su cabeza en su abdomen.
Roier se bajó de la cama y se dirigió hacía la puerta.─ Voy a dormir, hasta mañana papis.─ Se despidió y cerró la puerta.
Ambos esposos se miraron y juntaron sus frentes mientras reían, el azabache posó sus manos en los hombros de su esposo y beso sus labios con delicadeza.
─ Vamos a dormir mañana tenemos trabajo, es mejor dormir.─ El castaño asintió y depósito un besó en los labios de su esposo.
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El cenizo movió sus orejas de gatito, estaba afuera de la Oficina de su mamá, se veía enojado, igual no le importaba, vio entrar a un hombre rubio junto a lo que parecía ser su esposo o eso pensó Cellbit. Hablaron unos minutos cuándo su madre salió y parecía bastante serio.
─ Cellbit, lamento decirte esto pero ahora ya no eres mi hijo, eres de otro.─ Cellbit abrió los ojos como platos, estaba sorprendido de lo que dijo.
─ ¿¡Como pudiste, "madre"!?─ Hablo el cenizo levantándose de su asiento.
─ No me grites Cellbit, es por el bien de tus hermanos, Spreen no quiere más hermanos.─ El cenizo estaba furioso, ¿Como podía haberle echó eso?, apretó los puños y sus ojos se volvieron de un intenso rojo.
Rubius lo miro y lo tomó de la ropa como si fuera un gato (lo es pero usted entiendes), lo llevó dentro de la habitación y lo tiro al pisó sin cuidado.
Cellbit chocó su cara contra el piso haciendo que su nariz sangrara, tocó la sangre y levanto su mirada topandose con unos ojos oscuros que lo miraban con preocupación.
─ Ahí está, ¿Cuando se lo llevarán?─ Dijo masticando su chicle y volviendo a su asiento con la mirada hacia la nada.
─ ¡No le parece una falta de respeto trat-─ El azabache fue detenido por el hombre rubio que miraba al híbrido oso con molestia.
─ Ahora, por favor lleve sus cosas a nuestra casa.─ El chico azabache tomó un pañuelo y ayudó al cenizo a limpiarse la sangre. El híbrido oso asintió sin remordimiento.
Cellbit miro al chico azabache que le sonreía, pronto ambos se levantaron al igual que aquél hombre de pelo rubio.
─ Soy Missa, ¿Y tu?─ Lo cargo haciendo que el cenizo se pusiera algo rojo de la vergüenza.
─ C-cellbit.─ Respondió con pena, el azabache le sonrió y le dio un besó en su nariz avergonzando más al pequeño Cellbit.
─Encantado Cellbit─ Le dijo mientras salía de la Oficina aún con el en brazos.─, yo soy tú nuevo padre o madre como sea. Estoy encantando de adoptarte.
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