Nick se giró al verme, su rostro iluminándose al encontrarse con mi mirada. Me senté a su lado, disfrutando de la sensación de su cercanía reconfortante.

Matt, siempre amable, me ofreció un plato de desayuno. 

-¿Quieres algo para comer, Sofía?

Agradecí con una sonrisa, pero negué con la cabeza. 

-No gracias, Matt. No tengo mucha hambre en este momento.

De repente, el tono del teléfono de Chris interrumpió la armonía del momento. El silencio se apoderó de la habitación mientras todos dirigíamos nuestras miradas hacia él. Chris, con una sonrisa enigmática, se levantó y se retiró para contestar la llamada.

Desde la distancia, pude verlo sonriendo mientras hablaba por teléfono. Matt, con una expresión juguetona, no pudo resistir la oportunidad de bromear. 

-Seguro está hablando con la chica de la fiesta (dijo con una risita, mirando a Chris de reojo).

-Déjalo en paz, Matt. No sabes con quién está hablando realmente. (respondio nick de forma seria)

Chris regresó con rapidez, interrumpiendo la especulación de Matt. 

-Necesito arreglarme (anunció con una sonrisa traviesa).

Se apresuró escaleras arriba, y la curiosidad de todos se vio avivada. Nick y yo nos quedamos charlando con Matt, quien no pudo evitar soltar alguna que otra observación sarcástica.

El tiempo pasó mientras Chris se arreglaba, y cuando finalmente bajó las escaleras, todos lo miramos con sorpresa. Estaba impecable, con un atuendo que resaltaba su elegancia, y el aroma de su perfume flotaba en el aire.

-¿Dónde pensabas ir, Chris? ¿Una cita sorpresa? (bromeo matt)

Chris, con una mirada cómplice, se encogió de hombros. 

-Siempre es bueno estar preparado (respondió con picardía)

Después de ver a Chris salir con su cita, la atmósfera en la sala cambió un poco. Matt, con su característico humor, se levantó diciendo que le tocaba hacer la lavandería y se despidió del grupo. Me quedé en la sala con Nick, el ambiente ahora más tranquilo.

Nick notó mi expresión y me preguntó con preocupación.

-¿Estás bien, Sofía?

Le aseguré que estaba bien, pero que necesitaba irme. En un gesto amable, Nick llamó a Matt para que me acompañara a casa. Ambos se despidieron, y yo agradecí con una sonrisa. Nick me dijo que podríamos hablar por teléfono si necesitaba algo, y asentí antes de dirigirme a mi hogar.

Al entrar, encontré a mi hermano inmerso en sus videojuegos. Su rostro se iluminó con una sonrisa cuando me vio. 

-¿Te quedaste con tus amigos? (preguntó)

Asentí y él me invitó a sentarme a su lado. Observé mientras jugaba, y luego me propuso unirme a la diversión. Acepté, y pronto estábamos inmersos en el mundo virtual de la consola, compartiendo risas y competencia amistosa.

Estaba en mi habitación, sumergida en mis propios pensamientos, cuando el sonido insistente del teléfono rompió el silencio. Al mirar la pantalla, una chispa de anticipación surgió al pensar que podría ser Nick, pero para mi sorpresa, el nombre que parpadeaba era el de Chris.

Decidí aceptar la llamada, y una voz emocionada resonó en el otro extremo. "¡Hola, Sofía! ¿Estás ocupada?"

Negué con la cabeza, aunque él no podía verme. "No, para nada. ¿Qué pasa, Chris?"

La emoción en su tono era palpable mientras comenzaba a contarme sobre su día. Había salido con una chica llamada Vanessa y quería compartir todos los detalles. Chris, normalmente reservado con este tipo de experiencias, parecía estar en su elemento.

"Fuimos al cine", empezó a contar. "Y durante toda la función, Vanessa estuvo besándome." Su entusiasmo era contagioso.

Mientras escuchaba atentamente a Chris por la llamada, trataba de mantener una sonrisa en mi rostro, compartiendo su entusiasmo y alegría por su día con Vanessa. Sin embargo, aunque en la conversación externa transmitía felicidad, en mi interior había una sensación agridulce que no podía ignorar.

Quería estar realmente feliz por Chris, y en cierto modo lo estaba. Pero al mismo tiempo, una sombra de tristeza se cernía sobre mí. Era una mezcla de emociones complicadas: la alegría genuina por su felicidad y la punzada de celos que surgía de un rincón de mi corazón.

Me sentía triste, y era difícil admitirlo incluso para mí misma. Chris merecía todo el amor y la emoción que estaba experimentando, y yo, como su amiga, quería ser la primera en celebrar con él. Sin embargo, la realidad era que estaba enfrentando una pequeña batalla interna.

A medida que la llamada continuaba, traté de desviar mis pensamientos hacia la positividad. Escuché cada detalle de su día, asintiendo y riendo en los momentos apropiados, pero en el fondo, lidiaba con esa sensación incómoda que parecía nublar mi alegría genuina por su felicidad.

Después de colgar, me quedé un momento en silencio, procesando esas emociones encontradas. Sabía que los celos eran naturales en ciertas circunstancias, pero también entendía la importancia de superarlos y centrarme en la amistad que compartía con Chris.

Cruel Summer | Chris Sturniolo & Matt SturnioloWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu