Contra tiempo ✔ [#2]

🌀 CAPÍTULO 17 🌀

Will

Era de noche, Will se encontraba en la cubierta con algunos hombres de su tripulación, ellos estaban jugando cartas mientras apostaban monedas. Fergus repartía la baraja, Will estaba perdido en sus pensamientos, no podía quitarse de la cabeza aquel beso que le había dado a Elizabeth.

Por unos minutos había amado volver a sentir sus labios sobre los suyos, sus ojos clavados en él, su cuerpo deseándolo tanto como él a ella.

—Capitán, le toca tirar —dijo un pirata sentado a su lado.

—Sí, lo siento —se disculpó y puso una carta.

Se miraron confundidos al recibir esa respuesta de él, era muy extraño escuchar una disculpa salir de sus labios. Nadie le dio importancia, así que siguieron jugando. Pasaban los minutos y Will solamente iba perdiendo monedas por no estar concentrado en el juego, cuando ya no soportó seguir perdiendo se levantó de la pequeña mesa de madera y se dirigió hasta su camarote.

Mientras iba camino podía sentir la brisa fresca que chocaba con su rostro, antes de ir a su camarote fue a la cocina del barco para pedirle al cocinero que le preparará un té para relajarse y pensar mejor todo lo que estaba pasando, cuando llegó al camarote se sentó en su silla y bebía su té lentamente.

Probaba el dulce sabor de la bebida, el fuerte y al mismo tiempo delicado sabor de la menta quemaba suavemente su boca, lo tomaba y lo inhalaba eso realmente lo estaba tranquilizando mucho. Se giró para ver por la enorme ventana el cielo nocturno, se dibujaban estrellas y varias constelaciones, entre ellas podía ver a Escorpio.

Su fuerte mano sostenía con tranquilidad su taza y pensaba:

—Creo que debería hablar con Elizabeth, sobre lo que está pasando —reflexionaba en voz alta—, tal vez podamos aclarar las cosas entre nosotros.

Dio un pequeño sorbo a su taza y volvió a mirar las estrellas.

—Elizabeth Williams, realmente me estás volviendo loco —decía con sonrisa en sus labios.

Escuchó un ligero rechinido en el piso de madera, cuando se dio cuenta había sido demasiado tarde, ya que alguien le había golpeado en la cabeza para desmayarlo.

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Will abría sus ojos con mucha pesadez, su mirada estaba nublada y poco a poco sus ojos se iban acostumbrando a la poca luz que había en el camarote, le dolía la nuca, pues era donde le habían golpeado para desmayarlo. Quería sobar su golpe, pero no podía mover sus manos, estaban atadas atrás de su espalda, su torso estaba atado a la silla y sus pies a las patas de esta, se movía a un lado y a otro para poder desamarrar las ataduras.

—¿Desesperado, Bennet?

Will levantó la mirada y pudo ver a Elizabeth parada en la zona del camarote que estaba oscura.