Su alfa interior estaba teniendo una disputa con el, lo estaba reprendiendo por querer obedecerme. Esto hizo que mi sangre comenzara a correr hacia el sur de mi cuerpo. Esto me está gustando más de lo inesperado.

Wayne me gruñó por lo bajo, no había usado sus colmillos, pero aún así, eso era una falta de respeto. Sabía que ese había sido su alfa, entonces comprendí que primero tenía que someter a su naturaleza."Así que es eso", medité en voz alta, el pelinegro solo se encogió en su lugar. "A de ser difícil luchar contra algo que no eres, luchar con tu propia naturaleza ¿o me equivoco?", mi voz salió casi como un arrullo, como si lo estuviera consolando. Mi mano aún en su barbilla apretó con más fuerza haciendo que el más bajo hiciera una pequeña mueca de dolor.

"No", negó en voz baja. Sus ojos seguían sin mirarme, sus manos seguían entre sus piernas y sus pies parecían luchar con la idea de salir corriendo o quedarse.

Mi mano en su rostro comenzó a bajar, recorrió su mandíbula con suaves toques, bajó por su cuello con sutíles roces hasta que la retiré por completo; eso pareció no gustarle ya que finalmente sus confusos ojos se dignaron a mirarme. "¿Qué pasa cachorro, quieres que te siga tocando?", me burlé de lo desesperado que se miraba, y me di cuenta que otra vez estaban apareciendo esos gustos por ver a Wayne en sus peores momentos, ver que también lloraba, ver que también rogaba, verlo débil, verlo no ser el asesino psicópata sin emociones que vi cuando se llevó a mi padre.

Wayne jadeó al escuchar el apodo, ni siquiera pudo esconder que le gustó ser llamado así. Sonreí, mostrando mis dientes. El alfa seguía teniendo una lucha mental, pero ahí estaba yo, paciente para analizar cualquier tipo de reacción que este tuviera. "¿Qué? ¿Ya vas a obedecerme?", pregunté dando dos pasos hacia atrás, haciéndole entender que si no hacía lo que le pedía, yo tampoco le daría lo que necesitaba. Rápidamente reaccionó, sus ojos se comenzaron a poner vidriosos cuando di un tercer paso hacia atrás.

"No", tartamudeó con frustración. Alcé una de mis cejas, esperando hasta que no vi reacción alguna y di un quinto paso. Wayne parecía que se quebraría en cualquier momento.

Hasta que...

Sus manos empuñadas, las que escondían su humillación se comenzaron a retirar lentamente hasta estar en sus costados. El alfa soltó un quejido al sentirse tan expuesto, al sentir que su alfa interior lo abandonaría para no sufrir esta vergüenza.

Como lo supuse, Wayne estaba escondiendo su erección, estaba escondiendo lo mucho que esta situación lo ponía duro. Era demasiado tierno. Relamí mis labios, "buen chico, pero no me ha gustado nada tu actitud, así que no habrá premio". Me crucé de brazos mientras sonreía.

El mayor se volvió a quejar, la desesperación lo estaba volviendo loco, carente de sus acciones, inmune a la timidez. Sorpresivamente, Wayne ladeo su cabeza, mostrando su cuello. "Vaya, el cachorro está desesperado", la exitación habló a través de mi. Era tan inusual ver a un alfa de este modo que mi pene dió una sacudida.

Este alfa dominante estaba dispuesto a humillarse por mi.

Sus ojos llorosos buscaron los míos, pidiendo piedad, pidiendo otra oportunidad. "Alfa", jadeó con fuerza, con rabia. Aún luchaba contra su naturaleza. Cuán exitante es ver a una persona desearte con tanta pasión. "Alfa", jadeó nuevamente, casi sin aliento.

Me hice el desentendido, tenía tantas ganas de verlo patear su orgullo alfa al rogarme por más. "¿Qué pasa cachorro? Dime qué quieres que haga tu alfa", le hablé suavemente, dirigiéndome hacia el hasta tenerlo tan cerca que no me importó en lo absoluto enterrar mi rostro en su cuello aún descubierto. Mis feromonas empezaron a empaparlo de nuevo con mi aroma, marcándolo una vez más.

Placer y Venganza ~Superbat (+18)Место, где живут истории. Откройте их для себя