Tommo

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Las cosas que estaban pasando últimamente lo tenían en algo parecido a una montaña rusa y en esa mañana parecía que sería igual. Se encontraba en la cocina cuando la puerta de la entrada  se abrió y pensó que era su madre que regresaba de su trabajo antes de tiempo pero cuando acudió a ver de la persona que se trataba  era su padre. Verlo de nuevo lo congelo aunque al mismo tiempo lo puso feliz es que con él era difícil saber cuándo iba explotar en un enojo.

-       Hola ¿Estás bien?  pregunto y con su tono de voz le dio indicio que estaba de buen humor y en sus cinco sentidos.

-       Sí, no te esperaba

-       Espero no te moleste pero quería saber cómo estabas

-       Bien aunque tengo que ir a trabajar

-       ¿Dónde trabajas? - Pregunto realmente interesado

-       En Chees  Factory

No le menciono que tenía dos trabajo muchos menos el de la agencia, le daba un poco de miedo lo que diría, su padre di un paso al frente que permito que viera una caja  de tamaño considerable detrás del pero como la caja no tenía un logo pintado no sabía  de qué se trataba.

-       ¿Qué es eso? Pregunto instintivamente

-       Un tommo para ustedes

Un tommo era un robot que ayudaba a realizar las labores de la casa, en la escuela se rumoraba de que al menos diez personas tenían ese ayudante en su hogar pues aún era muy costoso y no muchos podía darse el lujo por eso se preguntaba ¿Cómo lo consiguió? ¿Cómo sabía que estaba pidiendo uno? Empezó hacer memoria para recordar si alguna vez a él se lo menciono aunque lo más probable era que lo hubiera escuchado de alguna conversación con su madre. Realmente no estaba segura de aceptarlo, su madre se podría enojar y  eso no quería por lo que no pudo decir nada.

-       ¿Quieres que te lleve al trabajo? pregunto amablemente

-       No, estoy bien

Su padre entonces se despidió y Christopher se fue a trabajar dejando la caja atrás y preguntándome si debía hablarle a su madre para decirle lo ocurrido o esperaba a que llegara para que lo viera por sus propios ojos, lo que le preocupaba era que de cualquier manera  se pondría  algo incomoda.

Cuando llego a la agencia le dio el recado de que lo esperaban en la sala de juntas por lo que se dirigió para allá, saludo a los que se encontraban adentro que eran Alex, Perla, Aimeé y una persona que no conocía pero su look era único y no le era fácil describirlo.

-       Bueno chicos quiero presentarle a Santiago él es de la empresa Pineda y quiere firmar un contrato con ustedes

Christopher un poco confuso en su mente se preguntaba si realmente había escuchado empresa Pineda pues era una de las marcas de ropa más importantes en México bueno en américa latina y estaban comenzando a comercializar a todo el mundo, todos hablaban del gran futuro de la empresa sobre todo porque la estrella mundial Camila Cabello uso ropa de su colección.

-       Al trabajar en esta empresa no solo tendrán que realizar las labores que hasta ahora venían haciendo, nosotros tenemos un plan anual al que deben acoplarse y se los estaremos explicando con más detalles en cuanto tengamos firmado el contrato.

-       Está muy bien

-       Por el momento tienen que llenar unas formas para que nosotros empecemos a tener más información de ustedes y comenzar a elaborar el contrato

-       Para la firma de ese contrato tiene que venir tu madre Christopher – menciono rápidamente Alex

Se sentaron a llenar unas formas donde básicamente le pedían información personal como nombre, edad, peso, estatura, tipo de sangre etc. Cuando terminaron ambos se fueron a realizar entrenamiento, estaban emocionados y por eso no se les hizo pesado el ejercicio en ese momento era como si estuviera contagiados de un gas  de alegría que solo estaba a su alrededor.

Le llego un mensaje de Aimeé que me decía que lo esperaba en su camioneta, le sorprendió ese mensaje porque ¿Cómo obtuvo su número? No recordaba haber intercambiado números telefónicos ni mucho menos, camino más rápido al parqueadero.

-       ¿Qué haces aquí? – dijo cuando la vio esperándolo y se metieron al coche

No dijo nada solo lo beso, sus labios perfectos tocaron los de Christopher y era maravilloso sus respiración se volvieron incontrolable pero igual que los latidos de su corazón, sus labios era tan suaves que cuando toco su cuello  parecía que eran unos pétalos de una rosa, jamás lo besaron así y se empezaba a acalorar demasiado, y la deseaba tanto que comenzó  acariciar  su pecho por debajo de su playera, el dejo salir un pequeño suspiro.

Mientras sus manos desataban el sostén fue cuando sintió miedo, aunque sus cuerpos ardían de deseo, para un inexperto  y romántico como Christopher  ese sitio no era el adecuado por ser además algo incómodo.

-       Detente

-       ¿Qué paso? – dijo separándose de él y pude ver su rostro radiante

-       Aquí no – dije demasiado apenado

Él se sonrió y se inclinó de nuevo hacia Aimeé  para poner sus manos sobre su espalda para abrochar su sostén cuando toco su piel sintió  esa electricidad recorrer todo su cuerpo.

-       ¿Está bien?

Ella asintió pero su expresión no la podía descifrar y esperaba que no fuera de enojo o algo parecido.

-       Además me están esperando

-       Me podrías decir cuando llegues a tu casa – menciono Christopher esperando que las cosas fueran bien y era otra forma de seguir teniendo contacto porque  si la deseaba, pero tenía miedo.

-       Si

Antes de salir del coche volvió a besarla pero esa vez lo disfruto demasiado porque  no sabía cuántas horas pasarían hasta volver a probar de sus besos.

Cuando llego a casa su madre aun no llegaba y  comenzaba  a darle muchas vueltas al asunto  que su cabeza estaba a punto de estallar, entonces pensó que mantener la mente ocupada en otra cosa sería una buena opción mantenerse ocupado vio la caja del tommo y la abrió con cuidado, claro que armarlo necesitaba de su concentración por lo que inicio a ponerse manos a la obra.

Las instrucciones estaban escritas paso a paso y ayudaba que las piezas que fueras necesitando estuvieran dibujadas, era claro que pensaron en alguien como el que no sabía nada de tecnología ni de herramientas. 

Primero comenzó a ensamblar lo que parecían unas patas, esas patas la podía ajustar al tamaño que quisiera algo que era muy conveniente, después vino lo que era el tronco y finalmente la cabeza. Estuvo tan concentrada en eso que no se me dio cuenta cuando llego su madre.

-       ¿Cenamos? –dijo casi gritando

-       Perdón estaba tan ocupada

-       Veo ¿Qué es eso?

-       Mi padre trajo el tommo

-       Primero cenemos después puedes continuar armándolo

Parecía que su madre estaba dispuesta a no darle importancia  al hecho de que era un regalo de su padre aunque eso era una forma de decirlo porque parecía que había olvidado la ocasión en que su padre le compro un carro de control remoto que se transformaba en un robot  estaba demasiado contento porque era uno de los juguetes que más deseaba,  no fue raro entonces que comenzara a jugar  con todos sus juguetes  pero al otro día hubo un pleito entre sus padres y  vio más afectada a su madre que se encerró con ella en el cuarto hasta que su padre los obligó a salir entre todas las demás cosas que les dijo a Christopher le recalco que entonces ya no le compraría más cosas.

Acepto y le contesto a su madre aunque realmente no tenía hambre por lo que se hizo el tonto con la cuchara.

-       ¿Puedo salir a entregar un material para un trabajo a Jorge?

-       ¿Jorge?

-       Si me pidió ayuda

-       Está bien  solo no tardes ya es tarde

Antes de salir  de casa acomodo la caja del tommo y recibió el mensaje de Aimeé que le decía que estaba en casa, no pudo evitar sonreír y le envió  de regreso un corazón.

No te enamores Where stories live. Discover now