Florecitas En Tu Piel 🌸【YiZhan】

🌸 2. Florecitas en tu piel

—Mis padres dicen que soy un fenómeno por ser un Omega diferente al resto… — comenzó diciendo Zhan, con la mirada hacia el cielo, en voz baja y temerosa por la reacción del Alfa.

Wang Yibo giró su cabeza para mirar al Omega cuando comenzó a hablar, prestándole absoluta atención.

—… Mis padres no son mis padres biológico. Ellos me encontraron en el bosque de su castillo cuando yo era un bebé, así que me adoptaron como si fuera su hijo. Pero cuando cumplí ocho años en mi piel empezaron a aparecer flores por lo que mis padres decidieron que debía ocultarlas usando suéters o sudadera. Al menos así la gente del pueblo y los demás reyes no me señalarían por ser un fenómeno diferente. —terminó de contar Xiao Zhan, encontrándose con la mirada del Alfa.

En una noche cuando los reyes Xiao estaban de caza en su bosque, una destellante luz dorada y amarilla proveniente del lago Fénix llamó su atención y no dudaron en acercarse. Encontrándose con una destellante luz dorada en forma de loto.

Esa luz era mágica.

Adentro de la flor de loto se encontraba un bebé recién nacido de piel blanca, y cuando la reina Omega tomó al bebé en sus brazos, el brillo mágico se desvaneció. Había una pequeña nota en la manta blanca con la que estaba envuelto el bebé. «Su nombre es Zhan y es un Omega especial que lo hará diferente a los demás Omegas». Los reyes Xiao no le tomaron mucha importancia a lo que decía aquella nota. Cuando Zhan alcanzó la edad de ocho años, florecitas empezaron a aparecer en su piel blanca y tersa; como si de un tatuaje se tratara. Sus padres decidieron que lo mejor era ocultarlas y así no sería rechazado por los demás, haciéndolo sentir como un fenómeno por ser un Omega diferente.

Temeroso, el Omega siguió mirando el cielo. Tenía miedo de que el Alfa lo rechazara por ser diferente.

—¿Por eso hueles a flores?—pregunta Wang Yibo, mirándolo.

Xiao Zhan confundido por la pregunta, giró la cabeza hacia el Alfa. 

—Sí, eso me hace un Omega diferente a los demás. Ni siquiera se cuál es mi origen—respondió el Omega.

Zhan y sus padres no saben cuál es el origen de las flores en su piel.

Wang Yibo sonrió, muy poco le importaba si Xiao Zhan era un Omega diferente. Que fuera diferente no cambiaría nada porque el seguiría siendo su Omega. 

—Yo no creo que seas un fenómeno solo por tener florecitas en tu piel. Ese aroma que te hace diferente fue la razón por la cual mi lobo y yo te elegimos, Zhan. Cuando vea las florecitas se volverán mis favoritas.  —dijo el príncipe Alfa.

Provocando un sonrojo en las mejillas de Xiao Zhan, haciendo que su lobo moviera la cola feliz por no ser rechazado.

—Yibo, ¿Te gustaría verla?—pregunta Xiao Zhan tímidamente.

Sorprendiendo al Alfa por la pregunta.

—Me encantaría—contesta de inmediato el Alfa.

Wang Yibo parece emocionado por ver la piel del Omega.

Xiao Zhan se sienta y el príncipe Alfa hace lo mismo. El Omega lleva sus dedos al borde de la sudadera y lo levanta, sacándosela por arriba de su cabeza; mostrando su torso desnudo.

Yibo quedó cautivado al ver esa piel blanca, suave y tersa decorada con pequeñas florecitas de jazmín blancas y rosácea. Zhan parecía ser irreal pero muy hermoso y bello. Las florecitas en su piel eran pequeñas y todas eran del mismo color, aunque en general olía a flores y no se sentía el aroma del jazmín. Simplemente era el Omega más hermoso y único que haya visto una vez en la vida.

Xiao Zhan incómodo por la mirada del príncipe Alfa sobre él, se cubrió con la sudadera con un rubor en las mejillas.

—No te cubras, Xiao. Esas florecitas en tu piel son hermosas,—se apresuró a decir el Alfa. —¿Puedo tocarlas?—preguntó.

Wang Yibo quería tocar esas hermosas florecitas en la piel de su Omega.

Xiao Zhan asintió tímido y alejó la prenda de su cuerpo. Yibo pasó sus dedos en esa piel suave y blanca, con las yemas de sus dedos trazó cada una de las florecitas y cerró los ojos encantado por el delicioso aroma a flores del Omega.

Zhan tímido se acercó al cuerpo del Alfa y cerró los ojos para disfrutar del aroma a tierra húmeda. 

—Eres el Omega más hermoso, Zhan —dijo Yibo y abrió los ojos. Mirando al Omega a los ojos, pasó la nariz sobre la piel blanca donde yacía una florecita. —Me gustas—acunó entre sus manos el rostro de Xiao Zhan y lo besó suavemente en los labios.

Olvidándose de lo que había dicho antes.