Lujuria [ROMANCE 4] [Vol.1: Terminado - Vol.2 - 01/Septiembre.]

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐃𝐢𝐞𝐜𝐢𝐬𝐢𝐞𝐭𝐞

— ¿Debo de quedarme con él hasta que usted regrese?

— No es necesario.

Su aspecto era relajado, su camisa iba desabrochada de los primeros botones, y aun llevaba la corbata sobre sus hombros sin atar, incluso su cabello estaba algo desordenado... Y aun así su brillo resplandecía.

— Solo llévalo a casa, y luego puedes terminar por hoy. Creo que Beverly está, aunque no estoy seguro, pero no te preocupes, no estará solo.

— ¿Y si ella no está?

— Solo déjalo en casa.

Asentí en respuesta.

No tenía inconveniente en cuidar de él, pero tampoco quería que David estuviese más tiempo solo, aunque a juzgar por el estado en el que está daba por hecho de que aún dormía.

Nathaniel animo a Christopher a despedirse de su padre, quien sin dudarlo se puso de pie tomando dirección hacia la oficina, mencionando el nombre de Hensel como si de algo serio se tratase.

Mientras regresaba, me ocupe de organizar mis cosas y de apagar el monitor que hace apenas unos momentos estaba utilizando, una vez acabe de eso, con cuidado me agache para recoger las hojas en blanco y las crayolas que Christopher estaba utilizando.

— Sera un gran pintor algún día.

Torcí mis labios en desacuerdo al ver los rayones sin sentidos en el pedazo de papel blanco, literalmente eran rayones. Ese comentario no hubiese sido tan desproporcionado si al menos fuese una casa, un sol, o incluso un árbol, lo que sea que tuviese una forma, pero ¿rayones?

— Si usted lo considera.

— ¿Tu no?

— Mira esto Nathaniel — me levanté y le mostré el pedazo de papel. — ¿Crees que será un gran pintor?

— Por algo se empieza — murmuro intentando encontrar la forma correcta de aquel garabato.

No digo que no, pero Chris apenas era un niño, sería muy pronto afirma aquella teoría, ¿Qué tal que cuando crezca un poco más el arte no le llame la atención? Y probablemente no lo atraiga ahora, como dije, era un niño, solo hace cosas de niños.

— Muchos artistas iniciaron de esta manera, y en la actualidad su esencia a un prevalece.

Solté las crayolas en el cajón antes de verlo de reojos, parecía tener conocimiento sobre el tema.

— ¿Cómo cuáles?

Bajo el pedazo de papel y me vio a los ojos en un tono agradable.

— Diego Velázquez, Artemisa Gentileschi, JMW Turner, ¿quieres que siga?

No reconocía ninguno de esos nombres que había nombrado.

— No sabía que le gusta admirar el arte.

— Me gusta aún más escucharlo.

«Novedad, cien cosas que no sabía sobre este hombre.»

Soltó la hoja garabateada sobre el mostrador, pero esta cayó al suelo frente a sus pies, baje la mirada antes de agacharme y tomarla.

— ¡Listo!

Dando pequeños brincos Christopher se acercó tomando mi mano, como pude agarré mis cosas, ya lista para irnos.

— Darcy. — Gire mi vista en su dirección. — Escríbeme cuando llegues.

Le mostré una sonrisa en afirmación.

De la mano de Chris salimos, al pasar por la recepción tomé los tulipanes que había dejado en el escritorio de Brenda para luego abandonar el edificio, tomé uno de los taxis que siempre estaban disponibles en la entrada y le ofrecí la dirección del Pent-house de mi querido jefe.