Algunas veces, lograban ponerlo en el suelo. En esos segundos, los pardos aprovechaban para atacar juntos, mordiendo y jalando su pelaje, algunos que habían notado su forma de atacar, iban hacia sus patas, mordiendo en unión de los huesos. Harry gruñía con el dolor, pero él era más ágil para matar, los pardos solamente sabían dar mordidas que dejaban heridas, pero no lo suficientemente profundo como sería adecuado.

Sus heridas, para Harry, eran como las de unos pequeños zorros, los cuales eran de los primeros animales con los que le gustaba practicar su caza. Así que, aún estando en el suelo, la fuerte presión de su mandíbula clavaba sus colmillos en el pecho de los lobos, o aún mejor, en esa parte vulnerable que era el estómago.

Al tener esa vulnerable piel entre sus colmillos, lo único que era necesario para él, era jalar. Un gruñido desgarrador salía junto a una escena escalofriante para los pardos que notaban los intestinos de su compañero caer al mismo cuerpo con su vida totalmente débil. Harry mordió a unos cuantos más, toda su energía se estaba concentrando en acabar con cada lobo que se unía a esta guerra que a pesar de tener una gran diferencia numérica, necesitaban aún más ayuda para acabar a un solo lobo.

Para este punto, podrían deducir que este lobo quien los estaba haciendo perder a grandes guerreros, era ese lobo negro. Ese lobo negro y solitario del que habían escuchado hablar tantas veces, del que siempre pedían cuidar a sus ganados, sus hijos y sus casas. Ahora, todos eran testigos de la sed de muerte que corría por las venas de ese lobo, era imposible creer que un solo lobo podía contra los más experimentados y fuertes.
En algunos momentos, el polvo se levantaba cuando la pelea era aún más fuerte. Esos primeros dos grupos de cinco eran totalmente un olvido, ahora todos los pardos que habían sido reunidos para atacar la tribu de Louis, entraban para defender a sus compañeros, unos cuantos que estaban heridos huían a la sima donde estaba el líder de los pardos, ahí trataban de respirar y limpiar sus heridas para después volver a entrar a ese pequeño campo de guerra lleno de sangre.

Los minutos corrían rápido, tan rápido que ninguno de los presentes estaba consciente del tiempo que llevaban en este lugar, pero tanto como Harry y los pardos, no estaban dispuestos a ceder. Los pardos tenían un plan que solo estaba haciendo frenado por un lobo, querían y necesitaban dejarlo atrás para empezar el ataque a la tribu de Yahir, un lobo los estaba separando de su meta.

Para el líder de los pardos, era imposible no pensar que este lobo solitario estuviera de lado de la tribu de Yahir. ¿ O qué otra razón tendría para interponerse en esto ?

Lo veía pelear y notaba el peligro que era. Harry no estaba jugando aquí, mientras las mordidas de los pardos eran en simples lugares, las mordidas de Harry eran en lugares específicos.

Justo en la garganta, en ese lugar donde la sangre tenía un salida fluida y rápida. Sus colmillos se enterraban en lugares sensibles creando graves destrozos en la cara de los lobos, arrancando la nariz, mordiendo cerca de sus ojos haciéndolos salir, desgarrando la carne de sus cabezas, así dejándolos desangrar de una manera brutal y sin control.

Estar con el pelaje escurriendo de sangre era para él un baño de triunfo, cada gota de sangre era pensando en la seguridad de Louis, sabía que le había hecho pasar por un mal momento al alejarlo de su casa, pero podía sentir que en algún momento lo entendería perfectamente. Por ahora, su deseo de acabar con los pardos, estaba cada vez más cerca, la sangre que llenaba sus patas recorriendo sus almohadillas, le hacía saber que estaba cerca. No importaba cuánto tiempo debía estar quitando la vida y a la vez defendiendo la suya, pero estaría todo el tiempo necesario para que los pardos no fueran un riego para Louis.

No importaba si aún quedaban más pardos en su tribu, esto sería una lección, una muestra del poder que tenía sobre cada lobo de todas las tribus, daba a demostrar lo superior que era a cualquiera de sus guerreros, por más preparados que estuvieran, nadie estaba listo para poder vencerlo, tenía menos oportunidades ahora que tenía una fuerte motivación, una motivación que era más grande que todo el universo, más grande que cualquier poder de esta tierra.

Su mandíbula dolía con todo el esfuerzo que debía hacer para romper ese rígido pelaje de los pardos, traspasar sus músculos y unas cuantas veces llegar a su hueso y romperlo. Su cuerpo sentía arder con cada esfuerzo, cada que debía de correr tras un pardo... Pero seguía arriba en la medida de esta batalla. Podía sentir algunas heridas haciéndose más grandes, sus orejas eran mordidas pero no sentía un daño grande.

En este momento nada lo podía detener, por más heridas que ardieran en su piel, no dejaría de luchar.

- Necesitamos a más hombres de nuestro lado -. El líder de los Pardos le informó a los pocos hombres que quedaban a su lado. - Si ese lobo protege a la tribu de Yahir, necesitamos una alianza fuerte. En marcha.

- Señor, aún hay unos cuantos de nuestros hombres... ¿ Los dejaremos ?

El líder miró el lugar de la pelea, los gruñidos llenos de dolor seguían fuerte.

- Ya no hay nada que hacer por ellos. En marcha, necesitamos más fuerza de nuestro lado.

Los hombres se fueron corriendo, dejando atrás a esos ya pocos lobos. Poco a poco y cada más mareado, Harry dejó salir la última energía que seguía en su cuerpo. Justo cuando para sus ojos era difíciles enfocar, pudo divisar a un último lobo.

Al ver esa lentitud de segundos, el lobo pardo se lanzó hacia Harry, mordiendo el pelaje de su nuca. Sacudió su cabeza con toda su fuerza posible para lograr dañar a Harry.

Pero el gran lobo negro no se permitiría dejarse vencer ahora. Harry dio unas vueltas, logrando que ese cuerpo cansado cayera. El lobo pardo lo miró desde el suelo, era la imagen del lobo más aterrador que había visto en toda su vida.

Su pelaje negro brillante por la sangre, su gruñido que mostraba sus dientes rojos por toda la sangre acumulada y esos ojos que no mostraban una humana. Harry gruñó y atacó su garganta terminando por fin con todo esto.

Como un acto de su cuerpo al notar que no quedaba nadie con vida, sus patas se quedaron sin energía dejándolo caer.

- ¿ Harry ? ¿ Qué es todo esto ?

Cerró sus ojos al escuchar los susurros de su mente con la voz de Louis con un sentimiento afligido.

- ¿ Harry ?

Él movió sus orejas, ¿ La voz de Louis se escuchaba más cerca ?

- Harry -. A pesar de estar aterrizado con todos los cuerpos al rededor, Louis se acercó un poco más. Los metros de tierra se habían vuelto un charco de sangre.

Sus ojos miraron indeciso hacia donde estaba su tribu, que para su sorpresa tenía encendido un fuego, un fuego que era para aceptar la guerra y pelear hasta el final. Pero algo fuerte en su pecho no le permitía irse dejando a Harry en el suelo, estaba vulnerable por cualquier tribu que pudiera venir.

- Te llevaré a casa -. Con un tono de voz decidido, Louis se quitó la capa que había tomado de la cueva de Harry, por alguna extraña sensación de protección que le daba.

La puso en el suelo al lado de ese gran cuerpo casi desmayado. Se acercó, fue inevitable arrugar su nariz con ese olor tan asido de la sangre al rededor. Con sus manos y toda la fuerza que tenía en su cuerpo, le dio la vuelta al cuerpo del lobo.

Su pelaje parecía una esponja, al presionar sus manos brotaba sangre, manchando sus manos.

- Vas a estar bien, Harry-. Louis suspiró, ahora era un viaje un poco pesado al llevar jalando la capa para poder transportar a Harry poniéndolo a salvo en su pequeña guarida.

Tattoed Heart ♡ LSWhere stories live. Discover now