- Estoy enfadado -dije
- ¿Por qué?
- Eso es lo que me enfada, que no lo sé
- ¿Te enfada no saber porque estás enfadado? -rio
- Más o menos
- No lo entiendo
- ¿Puedo hacerte una pregunta?
- Claro
- ¿Fermín te habla de Aitana?
- Sí, me cuenta algunas cosas
- ¿Cómo qué?
- Pedri -alzó las cejas- ¿Qué más te da?
- Que es mi mejor amiga, quiero saber si le gusta de verdad, si quiere algo serio con ella. Si no, dile que se aparte
- ¿No crees que eso es cosa de ellos?
- No, es mía
- No opino lo mismo
- Tengo que cuidar de ella, y Fermín sé que solo le va a hacer daño
- Yo creo que le hace muy bien, Aitana está super contenta con él, la trata como se merece y ambos se gustan. No veo nada de malo
- A Aitana no le gusta
- ¿Tú qué sabes?
- Porque la conozco, mejor que tú, mejor que nadie
- No mejor que ella misma
- Sí, sí lo hago
- Pedri
- La quiero ¿vale? Puede que haya sido un capullo con ella pero es mi mejor amiga y no quiero que nadie más la haga llorar
- No puedes controlar eso y tampoco puedes decidir con quien sale y con quien no. Déjalo estar, y si sale mal, solo acompáñala cuando lo necesite. Fermín es bueno, le gusta mucho Aitana, de verdad creo que pueden llegar a tener algo duradero

Que Gavi dijese eso, provocó un malestar en mi estómago. ¿De verdad lo que me preocupaba era que Aitana sufriese, o que yo lo hiciese al verla con alguien? Todo empezaba a dar vueltas en mi cabeza y no tenía ni una respuesta para las miles de preguntas que me rondaban, tampoco me atrevía a decirlas en voz alta.

-NARRA AITANA-
Dos semanas más tarde, solo quedaban dos días para la gala de oro. Esa a la que todos teníamos que ir, aunque yo llevase sin dirigirle una sola palabra a Pedri desde aquella discusión en la cocina después de mi primera cita con Fermín. Ni siquiera se había disculpado. ¿Lo echaba de menos? Claro que sí, no podía negar eso. Pero no podía seguir viviendo a través de él, no podía dejar que mis sentimientos me bloqueasen siempre, que no me dejasen avanzar con mi vida. Fermín se había convertido en alguien muy especial para mí, y por mucho que siguiese queriendo a Pedri no podía seguir esperándolo cuando sabía que nunca iba a llegar. Me dolía pensarlo, pero sabía que este dolor tendría que desaparecer en algún momento, o eso esperaba.

- ¿Seguro que tienes todo en orden? -preguntó mi madre a través del teléfono por octava vez
- Que sí mamá, por dios
- Debería ir a verte y salir desde Barcelona contigo
- No, no y no. Quedamos en que vosotros iríais desde Tenerife y yo en el avión de los chicos con Fer
- Es que no me fío ¿el vestido está bien?
- Te voy a colgar mami
- No te atrevas Aitana
- Hasta mañana, te quieroooo

Y colgué. Amaba a mi madre, pero llevaba una semana demasiado pesada con el tema de la gala y mi estúpido vestido. La verdad es que era normal, ella y Rosi se habían recorrido doscientas tiendas la ultima vez que estuvieron aquí para encontrarme el vestido perfecto. La verdad no era muy fan de este tipo de ropa, pero el vestido era impresionante y por una vez me sentía cómoda. Nadie lo había visto, solo ellas y Fer, que se puso ultra pesado con que quería verlo. Fermín y Gavi también insistieron, pero a ellos no se lo puse fácil y tendrían que esperar hasta el día.

Mientras terminaba de ordenar mi escritorio donde había estado estudiando, alguien llamó a mi puerta.

- Ardillita ¿bajas a cenar?

Fer asomó la cabeza por la puerta y le hice un gesto para que entrase.

- ¿Ya se ha ido? -pregunté

Él resopló y se cruzó de brazos.

- Ya es hora de que habléis -dijo
- No
- Aiti
- No pienso hablar con él hasta que se disculpe, y en caso de hacerlo, me lo pensaré. No se lo merece
- Yo tampoco me merezco estar en medio de los dos, esta convivencia no es sana
- Déjalo Fer porque no cambiaré de idea
- Mañana nos vamos a París a la gala de oro, ¿ni siquiera así le hablarás?
- No
- Aitana Martínez
- Fernando González, tu hermano se pasó tres pueblos y ni siquiera se dignó a disculparse
- Tienes razón, pero...
- Nada -lo corté- iré a la gala, estaré con Fermín y ya
- Bien, lo que tú quieras. Y sí, ya se ha ido a casa de Bárbara, puedes bajar a cenar tranquila

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