Turbulence [Seongjoong]

•01•

--Bueno basta, no me interesa si crees los rumores o no San, iremos a Sunrise a recoger suministros y nos quedaremos ahí a pasar la noche, partiremos mañana antes del mediodía ¿Quedo claro?-- Hongjoong hablo firme adoptando una postura de superioridad, San le miro antes de suspirar, tenía que admitir que pese a ser más alto y corporalmente más grande que Hongjoong, su capitán sí que imponía bastante cuando adoptaba esa postura.  

--Si capitán, quedo claro-- Habló finalmente después de un corto silencio, aunque estuviera harto del capricho de su capitán con aquel príncipe seguía siendo su amigo y sobre todo quien estaba al mando de todo el barco y para ser honesto a San no le vendría mal una visita a Sunrise, ahí vendían los mejores postres y el mejor alcohol que había probado así que sin decir nada más fijo camino a Sunrise mientras escuchaba la risita de Jongho detrás suyo.  

--Y tú Jongho, vuelve a tu puesto, estas son aguas de piratas no podemos darnos el lujo de quedarnos sin vigía-- Hongjoong hablo firme de nuevo esta vez mirando al vigía quien asintió rápidamente y volvió a su puesto, una vez el capitán lo vio alejarse volvió a su camarote para revisar una vez más toda la información que había obtenido del palacio y del rey, había decidido que si no conseguía encontrar al príncipe fuera del palacio se infiltraría en este con tal de averiguar si los rumores eran ciertos y saciar su curiosidad. 

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A unos cuantos kilómetros del Iusion una pequeña cabecita rubia de asomo de entre las olas, la sirena frunció el ceño antes de mirar hacia atrás viendo como su hermano venia nadando hacia el --Apúrate Wooyoung o los vamos a perder de vista-- Habló en un tono angustiado mientras miraba con anhelo a aquel barco que se alejaba.  

--Dios Yeosang, llevamos nadando Horas, estoy cansado además lo mas seguro es que se dirijan a Sunrise o a Blueprint, podemos alcanzarlos ahí y descansar un poco-- En la voz de la sirena podía escucharse el fastidio y el cansancio. 

--No, no podemos, no sabemos con certeza si se dirigen a alguno de esos dos lugares y aunque así fuera no sabemos cuánto tiempo se van a quedar, no podemos darnos el lujo de perderlos así que sigue nadando-- Dicho esto Yeosang comenzó a nadar tras el barco mientras escuchaba un pesado suspiro de su hermano.  

--No entiendo el afán de seguirlos si solo vas a observar de lejos a tu chico, eso incluso es raro, a mí no me gustaría enterarme de que hace dos años que alguien me observa y sigue todos mis pasos.  

--Dios Wooyoung, lo haces sonar muy mal, solo estoy tratando de cuidarlo, además sabes que no me puedo acercar, es un pirata quien sabe que ideas tenga de las sirenas, seguro pensaría que quiero dañarlo el no sabe que fui yo quien lo salvó hace dos años.  

--Exactamente, otra razón para dejarlo ir Yeosangie, es peligroso que te acerques y él no te recuerda así que no sé porque insistes en ir tras el.

 Yeosang siempre había tenido una fascinación con el exterior y es por eso que en uno de sus viajes de observación a una playa cercana, el joven había conocido a cierto pelirrojo que recogía caracolas muy alegremente mientras cantaba, desde un principio y aunque parezca irónico fue la sirena quien inmediatamente quedo casi hechizada con la melodiosa voz y belleza de aquel joven, fue por ello que comenzó a frecuentar la misma playa notando que era rutina para el pelirrojo salir a recolectar caracolas, hasta que un día Yeosang presenció como un grupo de piratas secuestraban a su chico y lo llevaban hasta su barco, presa del pánico y sin saber que hacer para ayudarle fue Wooyoung quien siempre estaba cerca de su hermano el que lo detuvo de hacer alguna tontería aún con Yeosang casi gritando que tenía que ayudar al chico, fue entonces que Wooyoung cedió a seguir aquel barco hasta que ambos pudieron ver como el joven pelirrojo era lanzado al mar para que muriera, sin pensarlo mucho Yeosang nadó hasta el chico inconsciente y lo llevo hasta tierra firme pero al ver que otro barco pirata se acercaba huyo al mar aunque observando de lejos como parecían ayudar a su chico y lo llevaban a bordo, fue desde ese momento que Yeosang comenzó a seguir la nueva embarcación con el pretexto de asegurarse de que su chico no corriera peligro.