Agua es lo único que me queda. Por lo que cuando tengo la oportunidad bebo un sorbo antes de seguir.

Bones me alcanza cuando salimos de la zona de riesgo, mientras Ronald no deja de verle el culo como un imbécil que ni lo disimula. Sabine se le pone al frente y comienza a besarlo para distraerlo.

__ Tengo más agua. - me ofrece sacando de su mochila una botella que me pone en las manos.

__ No es necesario que me sigas tanto. Ahora solo quiero salir de aquí y el camino que sigan, es el que debo seguir, me guste o no. - puntualizo.

__ Debo estar con quien nos dirige. Si te desmayas estaremos más tiempo y por lo visto confiable no es para nada. - me dice mirando a Sabine. - Tú madre sí que es una psicópata ¿eh?

__ Siempre lo ha sido. Ya nada me extraña. - le digo en lo que escucho que es hora de continuar.

__ ¿Has escuchado de los shadow? - me pregunta de repente. - Dicen que son entrenados para obedecer y no refutar jamás. No saben quienes son, pero sí lo que deben hacer. No hablan, solo acatan.

__ Algo he oído. - contesto sabiendo más que solo eso.

__ Él es un shadow. - señala al grandulón y ahora recuerdo que no le he escuchado la voz realmente.

Con razón es como es. Un enigma totalmente diferente al resto que nos acompañan.

Ronald se acomoda la máscara, se mete dos píldoras a boca, mientras Bones y el grandulón son los únicos que me tratan con decencia.

Me necesitan. Todo mundo actúa por conveniencia.

Caminamos un par de horas más, ya estoy agotada. Estar con raspones, golpes que no sanan del todo y sin haber comido me ponen débil. Pero no puedo quejarme de nada, distrayendo mi cabeza con quienes sí valen la pena para mí.

Kilian. Mi pequeño Kilian, extraño llenar su carita de besos aunque no le guste y sea un gruñón igual que el padre. Amo verlo reír a grandes carcajadas o cuando se distrae viendo al dragón como si lo admirara. Esas miradas me demuestran que se lo supo ganar y es algo sorprendente, sabiendo que no soporta a ningún niño.

Los dos son lo que más me ha puesto a prueba con ese "daría la vida por él". No lo dudaría un segundo. Sufrí al creerlo muerto y verlo de nuevo conmigo, así fuese por un corto tiempo me pone sentimental. Es mi bebé, así sea más como Donovan que como yo.

Limpió mi cara antes de volverme una tonta emocional en el camino. Pero extrañarlos es algo inevitable. Incluso al hombre de mal humor que piensa que no sé qué siempre se despertó cada noche a revisar la habitación de nuestro hijo.

Dice odiarlo y no quererlo cerca, pero es una copia de él y no amar algo así es imposible de hacer.

El terreno se vuelve húmedo, es así como me aseguro que estamos llegando a las cuevas. Aunque sé que empieza lo difícil y ya estoy cansada.

Además está anocheciendo y eso nos dificultará cambiar de ambiente. Dentro de las cuevas es un terreno lodoso, pueden haber derrumbes y sin luz no se podría distinguir muy bien.

__ Vamos a acampar hoy y continuamos en la mañana. - decide Ronald y todos sueltan sus cosas. Yo solo me siento en el suelo y me bebo la mitad del agua de la botella que Bones me dió.

Juntan leña y encienden una fogata, vertiendo agua en una pequeña olla donde preparan café, la comida del imbécil de Ronald y la propia. El grandulón me da la suya y va por un poco para comer él.

No sabe tan bien, pero nos sacará del apuro.

Escucho risas de todos los que nos acompañan, entre bromas que terminan cuando Ronald camina enmedio de todos, sin mirar a nadie.

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