De repente sus memorias se conectaron, cuando logró mirar más de cerca esos redondos y aniñados ojos. Sí, ya conocía a ese cultivador. Los había ayudado en el bosque Huoyue hace años.

Zheng Jian.

Pero ¿qué quería Zheng Jian con él? Recordaba vagamente los halagos, exagerados desde su punto de vista, que había dado hacia su persona. Incluso el sistema había dudado de él.

Luego de tantos años, ¿para qué lo secuestraba?

Zheng Jian se sentó a su lado, haciendo rechinar la cama de madera vieja y cubierta de paja. Su mano se estiró hacia su cabello y metió un mechón detrás de su oreja. Su rostro seguía cubierto en la parte de la nariz y la boca, como si no le importara mantener su máscara a la mitad.

—Zheng Jian—dijo Shen Jiu apretando los dientes—, ¿por qué haces esto? ¿Es por el Viejo Maestro de Palacio?

¿Acaso habría sido un amante del Viejo Maestro de Palacio? ¿Uno que nadie conociera? ¿Buscaba venganza por su amante muerto?

Mierda, que había mejores amantes que ese viejo enfermo y pervertido.

Zheng Jian sonrió, su mano pasando gentilmente por su mejilla mientras la otra quitaba el velo que cubría la mitad de su rostro.

—Ese viejo de mierda solamente era un medio para llegar a ti—sonrió, el aura infantil que lo envolvía se tornó extraña por esa sonrisa—. Tú eras lo que realmente me importaba, A-Jiu. La idea era tenerte cuando fuiste llevado a la prisión de agua la primera vez, pero se me adelantó ese niño demonio y te sacó de ahí antes de que yo llegara a ti. ¿Tienes idea cuánto me enojé por eso, A-Jiu?—la mano que tocaba su mejilla pasó a la parte posterior de su cabeza, donde tomó un puñado de cabello para tirar de su cabeza hacia atrás—Te tenía para mí otra vez, solo para mí y, sin embargo, alguien más se llevó mi juguete favorito—la sonrisa desagradable creció en su rostro, un brillo de locura brillando en sus ojos—. Pero ahora, ahora ya eres mío de nuevo, mi pequeño A-Jiu.

El trato, las palabras usadas, llevaban a Shen Jiu a sentirse de nuevo un niño pequeño. Ese trato lo había experimentado de una sola persona, una persona que estaba muerta hacía años ya. Pero...pero... el cuarto. La ropa que usaba. Este trato. Todo indicaba...indicaba...que solamente podía tratarse de una sola persona.

No, no podía ser él. No podía ser...

[Usuario... ¿recuerda cuando le dije que había algo raro en este hombre que no me gustaba?]

"Lo recuerdo."

[Ahora sé por qué no me gustaba. Este hombre también tiene un sistema. Y eso está mal. Los únicos transmigrados a este mundo deberían ser solo usted y Shang Qinghua. De haber habido otro, este sistema hubiera sido notificado para no intervenir en sus planes. Pero este hombre...yo no sabía nada de él.]

Entonces...

—¿Qiu Jianluo?—preguntó Shen Jiu.

La sonrisa del hombre creció más, mientras su otra mano, la que no se aferraba a su cabello, atrapaba su rostro.

—Tan inteligente, mi pequeño A-Jiu. Me calienta el corazón saber que todavía me recuerdas.

Los dedos de Qiu Jianluo apretaron su mandíbula, un dolor agudo disparándose en su cuerpo.

—¿Cómo...? ¿Cómo fue que...?

—¿Sabes, A-Jiu? No todos los sistemas ayudan siempre a los buenos. Algunos están cansados de tener que cambiar siempre la historia en beneficio del héroe, pero ¿quién hace algo por el villano? ¿Por qué redimirlo y no permitir que gane? El dolor trae vida, A-Jiu. La muerte, trae salvación, trae esperanza. El villano solo trae destrucción, pero esa destrucción es hermosa. Sin esa destrucción, ¿cómo apreciaríamos la vida?—Qiu Jianluo sonrió, acercando su rostro al de Shen Jiu—Sin el villano, ¿cómo apreciaríamos al héroe?—rápidamente capturó su labio entre sus dientes, apretándolo hasta sacar sangre—Sin mí, ¿qué serías tú?

Sistema de Redención del Villano Escoria (BINGJIU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora