Cuatro

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El velocista escarlata no podía responderle, ¿qué es lo que le iba a decir? ¿Qué esta vida era una farsa, un engaño? No, Barry no podía decirle eso

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El velocista escarlata no podía responderle, ¿qué es lo que le iba a decir? ¿Qué esta vida era una farsa, un engaño? No, Barry no podía decirle eso

-April, lo siento, lo siento mucho. Esto... no volverá a pasar.

-¿Lo prometes?

-Lo prometo.

April se acercó con cautela a Barry, acunando entre sus manos el rostro de su esposo. Él cerró los ojos y suspiró, feliz ante su contacto.

-Eres mi mejor amigo, Barry -April dijo-. El amor de mi vida, y me preocupas.

Los ojos de la castaña se movieron de los ojos verdosos de Barry a sus labios. Eran tan rosados y se veían tan suaves. Su rostro normalmente pulcro estaba oscurecido por una ligera barba en crecimiento.

-April-Barry se quedó sin aliento.

Sus bocas se buscaron con ansiedad, pero con delicadeza, como un imán. En el momento en que sus labios hicieron contacto, April sintió que cierta electricidad corría a través de su cuerpo, algo que nunca antes había sentido.

Los labios de Barry chuparon su labio inferior, haciendo que emitiera un gemido. Barry aprovechó su boca abierta y deslizó su lengua dentro. La castaña sonrió contra sus labios, rodó sus caderas contra las de Barry y su agarre en su cintura se tensó.

-Te amo -susurro la mujer, refugiándose entre los cálidos brazos del velocista.

Barry sonrió con la sonrisa más pura.

(*)

Por un tiempo, son felices.

Barry se permite verdaderamente ser feliz.

Ya no hay más salidas nocturnas, no más miradas perdidas. La atención del velocista se centra exclusivamente en April y en Nora y Henry Allen.

Esta mañana en particular no se parece a ninguna otra que haya tenido alguna vez. Están acurrucados juntos, su piel desnuda cubierta solamente por un edredón de plumas y una montaña de mantas cálidas. El gran ventanal delante de ellos hace que el cabello de April tome reflejos rubios.

Lo vellos de April se eriza cuando Barry pasa sus dedos sobre su piel. Él tira de una manta más arriba para cubrirla.

-¿Tienes frío? -pregunta mientras la acerca más hacia él. -Uh uh. Es solo la forma en que mi cuerpo reacciona a tu toque... incluso después de todos estos años. A pesar de que estoy acostumbrada, todavía me envía escalofríos por la columna vertebral, nada que ver con el frío.

Ella levanta su cabeza del pecho de Barry y coloca un beso firme en sus labios.

-Entonces, ¿qué hay en nuestra agenda hoy? -pregunta la castaña.

-¿Quieres decir que tenemos que dejar esta cama? —Él se burla.

-Quiero decir, en algún momento sí, me gustaría -responde April, mordiéndose el labio.

Ella alza su pierna y sobre su cadera, rozando su área más sensible, espera un momento y luego cambia su cuerpo a una posición sentada, colocándose a horcajadas sobre su marido.

-Pero creo que antes de levantarnos me gustaría aprovechar el cuerpo perfecto de mi esposo una vez más.

(*)

April y Barry pasan la tarde caminando por la ciudad, haciendo compras y comiendo.

-¿Puedes creer que estamos casados? -pregunta repentinamente Barry.

La castaña tomó la mano izquierda del velocista y la acerca a sus labios, dejando un beso en su dedo anular, donde descansa su argolla, antes de colocarla sobre su pecho.

April ríe levemente. -Sí, porque hemos estado casados durante años Barr. Y déjame mostrarte cuán feliz me hace ser tu esposa Barry Allen.

Ante la mirada de la mujer, Barry traga saliva ruidosamente y antes de que ella le bese solo atina a decir: -Ok.

Definitivamente, por un tiempo, son felices

Barry AllenWhere stories live. Discover now