Día uno: Halloween

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Había pasado un año desde su regreso a las Islas, un año desde la muerte de Flapjack.

Aquel día se había vuelto algo oscuro para Hunter, un día que preferiría evitar y pasarlo en su nueva casa con su tutor comiendo helado mientras se revuelca en su propia cama.

Pero, sin que lo sorprenda, había otros planes dictados para él. Sus amigos querían que pasará el día junto a ellos en el mundo humano, para pasar por el lugar donde Flapjack se había sacrificado.

Eso no era un plan para Hunter, aquello es un rotundo no y a pesar de haberlo exclamado, sus amigos querían que lo hiciera para "pasar la página" como lo dijo Luz.

No lo va a negar, cerca de la fecha se empezó a sentir deprimido y sus ganas de llorar aumentaron muy considerablemente. A pesar de incluso empezar con la terapia y entender que lo ocurrido con Flapjack no fue su culpa y jamás lo sería, aún había una pequeña voz que lo molestaba.

—Hey ¿Cómo estás?— La voz de su tutor (padre) resonó en su habitación. Sus pasos notorios se acercaron a él y sintió su peso al lado de su cama.

—¿Cómo debería de estar?— Respondió con otra pregunta, sin dejar de estar envuelto entre sus sábanas.

Escuchó el suspiro de Darius, luego él como su mano cayó en su cabeza sobre las mantas y empezó a acariciarlo.

Hunter no hizo no dijo nada, solo se mantuvo de esa forma, apreciando el gesto.

A la distancia escuchó otros pasos, cuando esos pasos se detuvieron Darius también dejó de acariciar su cabeza. Escuchó como se levantó y dirigió a la puerta.

Susurros dominaron la habitación, pero él tiene un buen oído, por lo que pudo descifrar quien era la otra persona que vino.

—Principito, tienes una invitada. Espero que te animes.

La puerta fue cerrada y con ello, Darius se retiró. A pesar de que ahora estaba solo junto a su invitada, la luz seguía apagada y esperaba que siguiera así.

Su invitada amada avanzó hacía él y ocupó el mismo lugar que Darius antes de ella. En vez de acariciar su cabeza, buscó a tientas su mano, la cual él terminó ofreciendo, sacando su mano debajo de la manta y sintiendo el suave tacto de ella.

De Willow Park, a quien puede llamar su novia.

—¿Cómo te sientes, cariño?— Preguntó con preocupación y dulzura.

Hunter gimió, dando una vuelta para quedar frente a ella, a tientas bajó la manta y reveló su rostro cansado con ojeras aún presentes.

—¿Cómo debería sentirme?

—Le dijiste casi lo mismo a Darius ¿Quieres ser un poquito más específico?— Pidió con dulzura, acercando su rostro al suyo y dando caricias con su nariz en la mejilla con una cicatriz.

Hunter quedó quieto mientras el calor inundaba sus mejillas ante el tacto, por más que el contacto físico empezó a ser más frecuente aún seguía acostumbrándose.

—Si no quieres venir con nosotros al Festival de Halloween lo entiendo, no te voy a insistir y les diré a los demás tu decisión. Pero igualmente vendré a por ti después, podemos acurrucarnos y ver un documental sobre lobos o las películas de Frontera Cósmica, eso te puede hacer sentir mejor.— Dijo, acercándose a él y beso su mejilla con dulzura.

A pesar de poseer un humor decaído, cualquier contacto que Willow hiciera con él siempre tenía el mismo efecto, los sonrojos dominaban su rostro y orejas como si siempre fueran parte de él. Así que cuando ella empezó a esparcir besos por su rostro, él solo se dejo besar con una sonrisa atontada apareciendo.

Huntlow Week 2022/2023Où les histoires vivent. Découvrez maintenant