Capítulo 5. Pelirroja

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"No me reconoció..."

Yeria no sabía por qué ese hecho la ponía triste. Era obvio que no la reconocería. Yeria había cambiado su apariencia con la pócima Metamorfosis, que le proporcionaba Madame Mariam cada semana, especialmente hecha para ella. Cambiaba el color de su pelo negro a rojo encendido y sus ojos marrones a grises. También cambiaba sus rasgos ligeramente.

- ¿A dónde vamos ahora? La recomendación de la novata fue... interesante... pero ahora vamos a un lugar más emocionante, ¿no?

Mientras los demás actores de la Compañía Real discutían a qué lugar ir, Yeria le dijo a Kerin que se sentía cansada y que mejor se iría a su posada. Kerin no le insistió. Yeria se separó del grupo y caminó en dirección a su casa, no muy lejos de ahí.

Entró a la pequeña habitación que rentaba, cerró la puerta y un cuchillo salió volando hacía ella y se clavó en la madera, justo a un lado de su cabeza.

- ¿Cuál es tu problema, Delios?

-Tengo que mantenerte alerta.

-Ah, pues gracias.

-Estás de mal humor.

Yeria prendió la única lámpara de su habitación e ignoró la pregunta del chico que estaba sentado en el alfeizar de la ventana y que sostenía otro cuchillo igual al que le había lanzado.

- ¿Irás a ver al jefe pronto?

- ¿Tengo otra opción?

Yeria tomó un recipiente con agua y procedió a lavarse la cara. Delios se recostó cuan largo era sobre la cama.

-Sé que estás buscando relacionarte con Eduar. No lo hagas, sabes que es peligroso.

-Eso no es verdad, yo le debía un favor. Y se lo pagué. Fin de la historia.

-Yo me habría olvidado de eso después de haber leído algo como lo que escribió sobre ti.

Yeria tomó una toalla y se frotó la cara aplicando mucha fuerza. Trataba de convencerse a sí misma de que la crítica de Eduar no la había afectado en absoluto, pero lo cierto era que algunas frases no dejaban de rondar cruelmente por su cabeza.

"No sabía que la Compañía Real había bajado tanto sus estándares."

-Sólo es una misión más, no soy una actriz de verdad ni planeo serlo.

-¿Estás segura de eso? Porque...

-No pienso volver a mencionarlo en ninguna otra entrevista.

-No entiendo por qué lo hiciste en primer lugar.

-Ya te lo dije, le devolví un favor... creo que es una buena persona.

-Ajá.

-Además es atractivo.

-Eso ya tiene más sentido.

Yeria soltó una carcajada y lo empujó para que le hiciera espacio en la angosta cama.

-Bueno, como sea, sólo concéntrate en la misión.

-Sí, claro, no lo tenía claro, gracias por ser el mejor dando consejos.

-Lo digo enserio, Yeria. El jefe es cada vez más... peligroso.

Yeria sabía que por algo Delios era su mejor amigo. Se preocupaba realmente por ella y la había salvado en varias ocasiones, sin buscar nada a cambio. Pero no había nada de qué preocuparse. Yeria había pagado el gesto de Eduar, aquella vez que le dio su túnica para cubrirse cuando la nieve le quemaba la piel después de haber sido expuesta en todos los sentidos. Una túnica en la que estaba bordado su nombre, el cual ella siempre recordaría. Ella había logrado que Las aventuras de Crymur se volviera más popular con sólo una mención. Ahora tenía ese poder. Pero él, por otro lado, casi había acabado con su carrera de actriz con tan sólo una crítica, la cual sin duda había herido su orgullo. La conclusión era que ese chico no podía caerle realmente bien... ¿cierto?

-No lo buscaré más, Delios, lo prometo.

Rojo y Negroحيث تعيش القصص. اكتشف الآن