Capítulo 4. Tatuajes

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Las aventuras de Crymur eran sobre un chico que se convertía en cazador de monstruos a cambio de recompensas. Empezaba siendo un chico solitario, pero poco a poco iba conociendo a personas que se volvían sus fieles amigos. Fue ganando lectores lento pero seguro. La primera vez que Eduar recibió la carta de una lectora, casi lloró. No era de las historias más populares del Reino, pero se mantenía bien.

Entonces un día una actriz de la Compañía de Teatro del Reino de Switch mencionó en una entrevista que le encantaba esa historia. Lo extraño era que Eduar, el autor de dicha historia, había destrozado por completo a esa actriz en su crítica a la más reciente obra que habían montado. Un escándalo.

Eduar no podía creer lo que estaba pasando. Las ventas de capítulos anteriores de su historia aumentaron y le llegaban cartas de muchos nuevos lectores que anticipaban los próximos episodios, que Eduar publicaba semanalmente en el periódico El Switcher. Una locura. Lo cierto era que las actrices y actores de la Compañía Real eran muy admirados por el pueblo, pero Eduar no sabía hasta qué punto y no pensó que esa actriz en particular tuviera muchos admiradores.

Una tarde, después de terminar de redactar un encargo de su jefe del periódico, Eduar y Percival decidieron ir a tomar algo al Bar Esmeralda. Cuando entraron, se fueron directo a la barra a saludar a Lyra. Ella, al verlos, se quedó inmóvil y abrió mucho los ojos.

-¡Cielos, Lyra! ¿Por qué parece que has visto un fantasma? – exclamó Percival.

-¿Por qué vinieron?

-Pésimo servicio al cliente.

-No... es que... Eduar... tú... hoy tenemos clientes... inusuales...

Señaló con su cabeza al fondo del bar, cerca de donde estaban los músicos, y entonces Eduar y Percival entendieron lo que pasaba. Había actores de la Compañía de Teatro del Reino de Switch y entre ellos, nada más y nada menos que Yeria.

-¡¿Desde cuándo vienen actores de la Compañía Real a un bar de estudiantes?! – le susurró Percival a Lyra. La mesera continuó secando vasos mientras le susurraba:

-No lo seeee... ¡pero Jeff está como loco supervisando todo lo que piden!

Eduar sintió cómo ambos se le quedaron viendo fijo al mismo tiempo. Carraspeo para aclarar su garganta.

-¿Qué?

-Será mejor que no te vea o arruinarás su reunión – le dijo Lyra.

-O, puede que te pida un autógrafo, recordemos que es admiradora de Las aventuras de Crymur. – Percival le lanzó una de sus miradas traviesas, pero Eduar lo ignoró y pidió su bebida de moras.

Pero justo cuando Eduar estaba empinándose el último trago de su bebida, una figura femenina se recargó a su lado en la barra.

-Así que eres tú.

Eduar casi se atragantó con el pedazo de una mora. A su lado estaba la mismísima Yeria. Percival se había ido al sanitario y Lyra los observaba a cierta distancia, cautelosa.

-Pensé que serías un viejo calvo y amargado el día que leí tu crítica.

Eduar se recuperó y la observó con atención. Le llamó la atención que alrededor de sus ojos, que ahora se veían grises, tenía brillitos distribuidos por ahí y por allá. Le sonreía, pero como sólo se le podía sonreír a los enemigos. Eduar le devolvió esa misma sonrisa.

-Y yo pensé que serías una excelente actriz el día que fui a ver tu obra.

Yeria bufó y se acercó más a él. Lo invadió su perfume floral.

-Tal vez en el fondo sí que eres un viejo amargado.

-Y tal vez en el fondo tú eres una excelente actriz.

Eduar no sabía por qué estaba contraatacando así. Yeria volvió a alejarse a una distancia prudente de él. Eduar podía sentir el latido de su corazón hasta las orejas.

-Cuando vi que eras el mismo autor de Las aventuras de Crymur me decepcioné. A él sí lo imaginaba como un joven guapo... y tenía razón.

Eduar no supo que contestar. Entonces Yeria dijo algo que sorprendió aún más a Eduar:

-No tenías esos tatuajes antes.

Dejó de sonreír al decir eso. Entonces el grupo de actores pasó de camino a la salida y uno de ellos, un joven alto y moreno, la tomó de la cintura y se la llevó consigo.

Eduar se levantó de su asiento y los observó alejarse. ¿Qué había dicho sobre sus tatuajes? ¿Acaso se habían visto antes? Pero a Eduar no se le hacía conocida de ningún lado. Había dicho "antes" ... tenía los tatuajes desde que había aprobado el examen de escribano, todos los escribanos oficiales los tenían. Así que se refería a su época de estudiante. Pero Eduar no recordaba haber conocido a una pelirroja como ella durante esos años.

De pronto, Jason entró corriendo al Bar y se dirigió a Lyra y Eduar, agitado.

-¡¿ACASO ESTUVIERON AQUÍ LOS ACTORES DE LACOMPAÑÍA REAL?!

Rojo y NegroKde žijí příběhy. Začni objevovat