Cap 2: Gringotts

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Caminar de noche por el callejón diagon tal vez no era una de sus mejores ideas, llegó bien al banco aún incluso el sabía que pudo haberle pasado algo debió haberle dicho a maro que lo acercará, cuando llegó a la puerta de gringotts un duende estaba parado solo lo analizó un momento antes de dejarlo pasar, al entrar pudo ver lo impecable que era tan lujoso, limpio como lo recordaba antes de ser destruido por su culpa con eso en mente se dirigió directamente al duende que se encontraba al fondo del largo pasillo con duendes de cada lado firmando o revisando papeleo cuando se acercó lo suficiente supo que el que estaba sentado en el último escritorio de mármol era ragnok, al posicionarse justo debajo de el habló ya que lo seguro es que fuera ignorado por el duende.

-emmmm ¿hola?- no quiso sonar tan inseguro pero ese duende siempre lo ha puesto nervioso, al menos esté ya le dirigía su atención, la mirada lo estaba incomodando demasiado.

-digame joven mago que necesita en esta noche tan adelantada- está bien no pensó llegar tan lejos, ahora que se encontraba aquí no sabía que pedir exactamente entonces lo mejor sería explicarle su situación al duende y esperar que esté lo comprendiera lo suficiente para ayudarle en lo necesitaba.

-quiero ver el testamento de mis padres si es posible.

-lamento informarle que sin un tutor disponible no podemos proporcionarle tal documento- su tono era de aburrimiento arrastrando un poco las palabras.

-El problema es ese no tengo tutor por el momento quería ver a quien me encargaron ya que por el momento me encuentro con tutores no legales muggles- su voz fue un poco más firme está vez haciendo que el duende lo viera con curiosidad.

-ya veo si es así supongo que no se puede evitar- ragnok volteó a un lado asintiendo, otro duende se acercó a nosotros- bogrod llevá al joven mago a la sala de la herencia iré en un momento con lo necesario.

-¿Sala de la herencia?- se me salió la pregunta.

-Es donde se hacen las pruebas de herencia aquí en gringotts de esa manera sabemos que camaras te corresponden y por lo tanto podremos darte la información que buscas- una explicación muy básica a mi parecer ya que no me dijo de que manera se realizaba dicha prueba pero pensé que sería por algún objeto mágico, ya que a todos les encantaba dejar su vida en manos de objetos inanimados fácilmente manipulables, llamenlo paranoico pero después de lo que ha pasado en su vida tiene el derecho de serlo.

-Por aquí- me habló bogrod dirigiéndose a un cuarto que estaba por detrás del último escritorio alto de mármol, la puerta se encontraba después de un cancel dorado al pasar por ella era como si estuvieras siendo examinado, seguridad contra glamours supuse, el cuarto por dentro estaba lleno de repisas con papeles perfectamente acomodados con un escritorio pegado a la pared cerca de la puerta y lo demás rellenado de sillones individuales pegados a la pared para no estorbar las únicas 2 sillas en la sala estaban una enfrente de otra encontrándose en el escritorio.

-póngase cómodo donde guste- decidí sentarme en la silla cercana al escritorio, bogrod se fue en cuanto me senté, momentos después llegó ragnok con un pergamino rojo en su mano y una pequeña daga en la otra al ubicar dónde me encontraba se sentó en la otra silla enfrente de la mía, abrió el pergamino me lo puso delante pasándome la daga con suavidad por el escritorio para no asustarme.

- Tienes que poner unas gotas de sangre en el pergamino no importa donde desaparecerán puedes usar está daga- con esas instrucciones solo me vió esperando a que acatará lo que dijo, entonces agarré la pequeña daga en mis manos sosteniéndola con la derecha colocando la izquierda arriba del papel para que cuando cortará callera directamente, así lo hice acerque la daga haciendo una pequeña incisión en la parte central de mi mano, me ardió pero en cuanto cayeron las gotas de sangre y alejé la daga, ragnok hizo un movimiento de mano limpiando todo, desapareciendo la daga de pasó también curando la reciente herida.

El regreso Where stories live. Discover now