D I E C I S I E T E✨😽

Start from the beginning
                                    

—Aún me siento mal por lo que te dije —confesó con la mirada en el ventilador de techo. Humedeció sus labios y se mordió el carrillo—, me gustaría... borrar eso.

Puse las manos bajo mi cabeza y solté una risita para nada cómica.

—No creo que sea una buena idea desear olvidar algo —murmuré y ella negó—, con la suerte que tengo, es posible que te caigas y volvamos a pasar por ese infierno.

Ella parpadeó y ese tick apareció.

—Si me coqueteas así, olvidaré que estamos en la casa de mis padres —susurró, sus pupilas se dilataron y en mis retinas quedó grabado la manera en que sus mejillas y frente tomaron un color rojizo.

Me gire para apreciar sus lindas pecas y la forma en que empujaba el puente de sus lentes, sus pestañas chocaban con los vidrios y luego emitía ese sonido que sabía, me causaba excitación.

—Eso suena tentador... pero la sola probabilidad de que mis padres te escuchen gritando mi nombre, me da escalofríos —dije en broma, aunque dudaba que en una mansión, como esa, se escuchara.

—Creeme, no se darán cuenta —tentó al estirar la mano y esconder detrás de mi oreja un mechón de cabello.

Rodé los ojos y mordí mis labios.

—Sabes que no podría, es la casa de tus padres... no podría mirarlos —tartamudeé y ella río.

—Cobarde —tosió—, Lola, la cobarde.

Bufé y me crucé de brazos.

—Odio cuando me llamas así.

La madre de Klainy tocó la puerta y se asomó con miedo de ver algo no agradable.

—¿Se puede? —preguntó dubitativa y ambas le dimos permiso.

Esa señora era un cielo, como sus hijos, nunca hacia un mal comentario y era de esas personas que se ofenden porque no le besaste la mejilla al saludar. Siempre olía a crema Avon y tenía el cabello rubio suelto, estuviera peinada o no. Ah y como olvidar que nunca olvidaba algo importante y encima de todo, era buena escuchando y dando consejos.

—Niñas, me gustaría que me ayudarán a acomodar la mesa, ¿estarían dispuestas a darme una mano? —preguntó al mantenerse afuera de la habitación.

¿Cómo le decías «No», a un ángel como ella? la respuesta es clara: no era posible un no como respuesta.

Klainy en cambio tenía unos anteojos especiales que le hacían inmune a los encantos de su madre, con facilidad podía rezongar y fruncir el ceño, pero terminaba por hacerle caso.

Así como en ese día que a pisotones bajó las  escaleras y luego con la sonrisa más plástica que consiguió empezó a acomodar cada una de las copas, dejando así que yo hiciera el resto.

Él papá de Klai era como una sombra, apenas te dabas cuenta cuando hacia acto de presencia, pero cuando entraba en confianza era la persona más charlatana que conocieras. Eso si, después de hacerlo hablar tenías que escucharlo con atención o volvería a su face de vampiro asocial.

—Hola, niñas —saludó al pasar a la cocina y tomar una manzana—, mucho cuidado con la vajilla de porcelana porque la que me regaló eso ya no lo va hacer —señaló al ver a su hijita con más de dos platos.

Oh, tuve que quitarle los platos a Klai antes de que los dejara caer al suelo sólo por rabia. A veces podía parecer una niña berrinchuda, pero esa faceta sólo podíamos verla sus personas más cercanas.

—No comprendo el porque no acomodas tú la mesa —dijo Klainy al sentarse a su lado.

Ellos eran como el aceite y el agua, no pegaban, pero aun siendo así, tenía una relación digna de admirar.

Entre Marzo Y Agosto✨ [TERMINADA]Where stories live. Discover now