Estaba terminando el reporte de misión cuando Binghe llegó con los platos con congee y Shen Fu lo seguía con un plato con tres bollos al vapor. El pequeño se sentó y esperó a que Binghe llevara el té mientras el niño tocaba el cebollín con su cuchara, frunciendo el ceño confundido.

—No me gusta esto verde—dijo Fu-er cuando Binghe llegó con el té.

—¿Lo has probado?

—Sí y es feo—Fu-er arrugó la nariz—. No me gusta.

—No te gusta el que hace el cocinero de QingJing pero Binghe no es él, cocina mejor—dijo Shen Jiu tomando una cucharada de congee—. Solo prueba.

Shen Fu arrugó la nariz sin querer probar el congee porque tenía eso verde que no le gustaba. Binghe sonrió y comenzó a comer.

—Huele a verdura—dijo Fu-er, insistiendo en no comer el congee por eso verde feo.

—¿Quieres que hagamos un trato, Fu-er?—el niño miró a Binghe—Si pruebas el congee y no te gusta, Bing gege te hará tanghulu para la merienda. Pero si te gusta, entonces te haré tanghulu también.

¿Ese era un trato? Fu-er salía recompensado de igual manera. Aunque...tenía sentido. Solo así sería capaz de hacer que Fu-er probara el congee sin sentirse obligado. Sin contar el halo del protagonista de Luo Binghe que seguro ayudaba mucho en estos casos.

El niño abrió los ojos sorprendido.

—¿De verdad?

—De verdad—afirmó Binghe.

Fu-er miró el congee, tomó una cucharada pequeña con cebollín encima y se la acercó a la boca para probar un bocado.

Shen lo sabía. La única razón por la cual no comía verduras Shen Fu era porque el cocinero de QingJing era un desastre. Sino no explicaba cómo fue que Shen Fu terminó por comerse todo el congee que Binghe preparó.

Shen Jiu tomó un bollo al terminar el congee. La masa estaba algo seca al tacto y miró a Binghe con curiosidad. ¿Desde cuándo cocinaba mal?

—Esos los hizo Fu-er—dijo sonriendo mientras tomaba uno de los bollos.

Shen Fu, que recientemente dejaba su plato de congee, asintió feliz.

—Sí, papá, yo los hice con carne de bestia demoniaca. Bing gege me explicó cómo hacerlos—Fu-er se veía tan feliz, mostrándole el bollo restante con mucha alegría—. Lo hice para papá, porque a papá le gusta. ¡Bing gege también me enseñará a hacer tanghulu para papá!

Shen Jiu miró la alegría genuina del pequeño y su interés en cocinarle. ¿Por qué quería cocinarle?

[¿Tiene que haber un motivo, usuario? Los niños son así, siempre intentan hacer cosas para sus padres porque los quieren y quieren verlos felices. Shen Fu aprecia mucho al usuario, es normal que lo haga.]

Shen Jiu recordó el "dibujo" guardado, donde su nombre y el de Shen Fu estaban escritos con corazones y flores deformes. Recordó la sonrisa del niño cuando se lo entregó. Y también recordó el niño tímido y desconfiado que llegó a su pico, medio muerto de hambre y a punto de morir a manos de un demonio.

Shen Fu ya no se parecía en nada a ese niño que llegó un día a su pico y que se quedó desde entonces en su casita de bambú. No parecía ni la sombra de ese niño. Ahora era todo alegría y mejillas redondas, saltando de acá para allá, jugando y aprendiendo de todo lo que veía. Era un tierno tallo de bambú creciendo sano luego de haber sido descuidado. Tan verde y brillante.

Mordió el bollo y descubrió que así de seco como estaba afuera, lo estaba por dentro también. Se había cocinado tanto que estaba seco e insulso. No era mejor que la comida del cocinero de QingJing. Si tenía que ser sincero, no era para nada apetitoso.

Sistema de Redención del Villano Escoria (BINGJIU)Where stories live. Discover now