Plumas de Colores |Hyunho|

02: Escolha o destino

Y otro agotador día de trabajo comenzaba a eso de las siete de la mañana. Changbin balbuceaba y maldecía claramente molesto con la impresora de su oficina, a la cual se le había dado la bendita gana de tomarse un descanso y averiarse justo cuando tenia que sacar copias de un importante contrato.

-Maldita seas-Susurró contra el aparato.

-Buenos dias Changbin hyung.-Habló una voz a sus espaldas que lo hizo sobresaltar.

El nombrado se volteo con el ceño fruncido, prácticamente ninguno de sus compañeros le dirigían la palabra y mucho menos a esas horas. Sin embargo, se vió obligado a cambiar la mueca molesta que tenia apenas reconoció al vicepresidente y mano derecha de Minho parado tranquilamente frente a él. Hizo una respetuosa reverencia hacia el joven chico que lo veía con diversión.

-Buenos días Vicepresidente-saludó con respeto, a pesar de que el joven frente a el, era un año menor que el.

-Sabes que tampoco debes tratarme asi cuando estamos solos-

Changbin relajo su postura ante las palabras divertidas de Han Jisung. Asintió con una sonrisa y miro de reojo al menor. Al igual que todos en el departamento, vestia de manera formal, con pantalones de tela y una camisa blanca pulcramente planchada. Su cabello rubio a pesar de estar desteñido, el tono que habia adquirido no era feo, sino como café muy claro con las notables raíces negras, Jisung se las arreglo para lucir bien de todas formas. Portaba consigo un aura joven y amable, pero sin dejar atras su mirada intimidante que dejaba en claro su puesto de rango superior en el lugar.

-Min me dice lo mismo, pero es costumbre-Contestó.

-A ti hay que pedirte que no me trates como si fuera un anciano, mientras que algunos de aqui hay que regañarlos porque se toman demasiadas libertades- Dijo, alzando un poco su voz a propósito. Luego paseo su mirada por los demás trabajadores con sus ojos entrecerrados, con fingido odio.

-¿Quien los entiende? Se supone que todos los empleados somos iguales-

-Si, pero sabes que no eres igual a los demás lo apuntó. Soy consiente de que debo tratarlos a todos por igual, pero me cuesta ignorar nuestra amistad de diez años y permitir que me trates de señor cuando eres mayor que yo- Explico mientras arreglaba su cabello hacia atras.

Efectivamente, Jisung, Minho y el tenían una amistad de aproximadamente diez largos años. Se conocieron en la escuela haciendo desastres y causando problemas. Eran ese trío de amigos que era una mezcla de payasos, populares y cerebritos. Fueron muy conocidos en aquellos tiempos, sin embargo, sólo Minho logró conseguir una relación seria con una chica de su clase que duró un año y medio, Jisung y el solo conquistas cortas que duraban un par de días apenas, a lo mucho uno o dos meses.

Al salir de la escuela, pensaron que se separarían para siempre. Pero grande fue su sorpresa al descubrir que tenían las mismas expectativas para el futuro: El mundo de los negocios.

Minho iba a heredar la pequeña empresa de cosméticos naturales de su abuelo, y estaba más que dispuesto a que sus amigos fueran las primeras personas que contrataría. Con el pasar del tiempo la empresa creció muchísimo gracias al arduo trabajado del joven y sus trabajadores, llegando hasta la actualida, en donde el pequeño enprendimiento familiar de hace un par de generaciones atrás, ahora, había avanzado a pasos agigantados, llegando a donde está en estos momentos.

-¿Problemas con la fotocopiadora?- Preguntó el menor, apuntando a dicho aparato.

-Si, llevo unos diez minutos tratando de que saque unas copias que necesito pronto, pero nada- Reclamó.

-Bueno, tienes que hacer esto-El menor se acercó al aparato, y se colocó por el lado derecho de este
-Y golpearlo así.

Con su mano en puño dio un sutil, pero duro golpe a la fotocopiadora. Casi a los segundos está se activo y comenzó a sacar los papeles con el contenido que Changbin necesitaba.