𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑 ━━━━━ kevin de bruyne

15

En el estadio hacía tanto frío que hasta se le congelaban los mocos. La fiebre le subía y le dolía la cabeza, pero de todas formas se esforzaba en sacar las mejores fotos.

El grandulón quejoso y mala leche, cuyo nombre es Antonio Kersofovič y es más conocido como "el jefe de Mara", le había hasta implorado de rodillas que vaya a trabajar. Al principio Mara iba a decir que no para molestarlo, pero al final aceptó, ya que amaba su trabajo y tenía ganas de ver los otros partidos de los Cuartos de final en vivo.

Alentaba por Rusia. No quería que la selección que goleó 3 - 0 a su país clasificara a semifinales. Aunque le caían bien algunos jugadores.

La manga de su abrigo era un asco. Estaba toda llena de mocos, ya que no le daban ganas de sacar los pañuelitos que tenía en el bolsillo y usaba la manga.

Cuando llegara al hotel Lionel la iba a cagar a pedo.

( . . . )

Penales otra vez, como casi todos los partidos de la selección croata. ¡Como la ponían nerviosa!

El partido finalizó con un 2 - 2. En los penales terminaron en 4 - 3. Ganó Croacia.

La rubia se encogió de hombros. Era un poco obvio que el partido lo ganaría Croacia. Rusia no tenía muchas chances y además la selección croata estaba haciendo un mundialazo.

Salió de la cancha y caminó hacia la cafetería más cercana. Antes de irse al hotel se tomaría algo para poder tomar la pastilla, así se le bajaría un poco el dolor de cabeza que comenzaba a sentir.

—Un exprimido de naranja, por favor —le pidió a la cajera, la cual asintió.

Se dió vuelta y lo vió entrar a la cafetería.

Era él. Era Kevin. Era su colorado favorito. Era el hombre que llegó para poner su vida de cabeza. Era la persona a la que tanto amaba, de la que estaba perdidamente enamorada.

—¡Eu, Kev! —le gritó levantando su mano para que pudiera verla.

Cuando la vió y la escuchó, se dió vuelta rápidamente y salió. No quería verla y que sus sentimientos por ella siguieran creciendo.

Quería desenamorarse.

Deseaba desenamorarse.

Necesitaba desenamorarse.

Él sabía que sus sentimientos jamás serían correspondidos, que solo le pertenecían a Thibaut.

O Bueno, él creía eso.

Otra vez a lo mismo. Pero esta vez no dejaría que se fuera corriendo sin hacer nada, esperando a que volvieran a encontrarse algún día.

Y con razón. ¿Acaso lo iba a dejar huir después de la cita que tuvieron? ¿Después de esas sonrisas y miradas? Obvio que no.

Logró alcanzarlo a pesar del dolor de cabeza y como le costaba respirar. Cuando llegó hasta él lo agarró de la mano e hizo que se diera vuelta.

—¿Otra vez con la misma boludez? Decime qué te pasa, Kevin —lo miró con una expresión seria.

El colorado apartó la mirada, para después suspirar y mirarla nuevamente.

—No quiero esto, pero necesito evitarte y alejarme, ya que si no lo hago no podré contener mis sentimientos hacia ti, los cuales no son correspondidos —la rubia lo miró confundida, por lo que tuvo que explicarle todo—. Ya sé que estás enamorada de Thibaut y que él también lo está de ti. Sé que me aceptaste por pena y que nunca me quisiste de esa manera —hizo una pausa para tomar aire, luego prosiguió—. Pudiste habermelo dicho desde un principio y probablemente nada de esto hubiera pasado.