Dime tus secretos

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(Rain)

Dormir es una de las mejores cosas que existe, no entiendo porque tenemos que despertarnos, en este estado seríamos mucho más felices.

Pero todo lo bueno se acaba y mi subconsciente decide que es hora de levantarse, abro lentamente los ojos, y lo primero que veo no tiene precio. La deliciosa entrepierna de unos vaqueros ajustados que me suenan bastante...

Vuelvo a cerrarlos con una sonrisa, sin estar del todo lúcida, pasan un par de segundos y los abro de golpe.

-Buenos días bella durmiente-

-¡Alex!- digo incorporándome. -¿Qué haces aquí?-.

-Tenemos que hablar-

Esto no pintaba bien, pero que nada bien. Solo rezo para que no hubiese oído demasiado la otra noche.

-¿Y de qué tenemos que hablar?-

-Hay ciertas cosas que han pasado estos días que no me cuadran-

-¿A qué te refieres?-

-Ha conversaciones que he tenido con Sharon, se le escaparon ciertas cosas bastante interesantes. Y a lo que hablaste ayer con Rachel-.

-¿Cuanto oíste?- pregunté alarmada.

-¿Cuánto no debería haber oído? Sabes desde hace algunos meses he estado teniendo visiones, mejor dicho, he revivido recuerdos fragmentados-.

De nuevo se me había formado un nudo en el estómago, creo comprender como se sentía la gente frente a la Inquisición.

-¿Y... de qué tratan esos recuerdos?-

-Sinceramente no estoy muy seguro, pero todo se relaciona con la misma fecha. El día que cumpliste 17 años-.

Estaba empezando a sudar, y fijo que mi rostro estaba totalmente pálido. No quería volver a pasar por eso, no quería volver a sentirme desvalorizada como mujer, simplemente no quería recordar y menos aún que el recordase. Me sentía acorralada, y esto activo mi instinto de supervivencia, me levanté y fingí que iba a explicarle y aclararle sus dudas y en la centésima de segundo que se confío salí corriendo de mi cuarto, de la casa y fui a esconderme a cualquier lugar.

Descalza y en pijama corro hacia la playa. Voy hasta el final del paseo marítimo que desemboca en una cala de arena blanca, tiene un acantilado. Ni siquiera necesito pararme a buscar la escalinata. En la piedra hay una escalera natural que conduce a una gruta que sin no sabes que existe jamás verías porque está muy bien disimulada. No hay peligro de ahogarse incluso si la marea subiese. Cuando eso pasa queda totalmente incomunicada, tiene 10 metros de largo y está dividida en dos niveles. Cuando el agua sube solo inunda la mitad del primer nivel.

Subo las escaleras, y me meto dentro. Trepo por la cuerda que dejo preparada hasta el segundo nivel y me pongo cómoda, si fuese posible no saldría de aquí hasta que se cumpla el año y Alexander volviera a su vida.

Suelo venir aquí cuando necesito esconderme o pensar tranquilamente. Cuento con un colchón, he llegado a pasarme aquí días y noches enteras, un baúl con comida, libros plastificados, una toalla, algo de ropa, una manta y velas, muchas velas.

(9 horas más tarde)

(Alexander)

¡¿Dónde narices se ha metido?¡

Desde que salió corriendo esta mañana no la he vuelto a ver, la he buscado por todo el pueblo, he llamado a Julian, a Sharon, me pasé por el restaurante de la otra noche a preguntar si había pasado por allí, incluso me arriesgué a ir a casa de la señora Margarit y nada, parecía que simplemente había desaparecido, fui a dar parte a la policía y me dijeron que debía esperar mínimo 48 horas, que seguramente volvería por su propio pie, vaya porquería de seguridad nacional.

¿Por qué me haces esto?Where stories live. Discover now