55 FLORES

9 1 0
                                    

-Así que... era el - me dijo Naith cuando le termine de contar lo sucedido

-Si... era el

-¿Que piensas hacer? ¿Sigues teniendo miedo? 

-No lo se, como ya no se me ha acercado, no se si sigo con... eso...

-¿Y si tratas de acercarte a el?

Y por alguna razón extraña, Naith no se veía sorprendida.

-Tal vez no puedas acercarte del todo a el, pero trata de dar unos pasos hacia adelante. - Naith se fue de mi lado, dejándome sola.

Pero que gran amiga tengo, dejándome sola.

Me levante de mi asiento y di una media vuelta para irme de la escuela.

-Perdón - me dijo Alan riendo - no quería asustarte

Creo que mi respingo fue notorio, apareció de la nada atrás de mi. Estaba a unos metros de mi, no sabia como reaccionar, solo me quede estática, como una presa viendo su muerte. Alan tampoco sabia que hacer, después de si risilla burlona sus labios seguían curveados, parecía un Dios del Olimpo al ser iluminado por los rayos del sol que hacían ver aun mas dorado su cabello.

-Tal vez me sobre pase un poquito - no sabia a lo que se refería - descubrí que tienes una hermana y... - maldita Daphne, cuando la vea la voy a matar - bueno, no sabia que tenias un ex... - mi cara hablo por mis pensamientos, se callo al notar mi expresión, no se cual tenia, pero sabia que esta lo había preocupado - lo siento, se que no es fácil tratar un tema así... solo te quería pedir disculpas.

¿Como reacciono? 

Por una parte quiero matar a Daphne pero por otra estoy agradecida, quiero acercarme a Alan pero no puedo, mis piernas no reaccionan y mi voz no sale. Ninguno de los dos movía nada, solo lo veía fijamente a los ojos, esperando a que el diera el primer paso. Rogando que lo hiciera.

Me emocione internamente cuando vi un ligero movimiento en su pierna, deseando que caminara o que yo me moviera. 

Dio un paso hacia el frente.

Puse todas las fuerzas del mundo en mis piernas para no retroceder, sabia que iba a echarme para atrás, no por que no lo quisiera cerca si no por inercia.

Y cuando creí que se acercaría a mi dio media vuelta y se fue.

Y fue el exacto momento que me di cuenta que había retrocedido.

Me maldije a mi misma, todas las palabrotas que existían en ese momento me las dije.

Parece que un miedo es mas fuerte que un amor.

Lo vi alejarse de mi hasta que desapareció entre los demás alumnos. 

Me decepcione de mi misma creí que si lo había logrado, pero no, no fue así.

Tome mis cosas molesta conmigo misma y me fui a casa lo mas rápido que mis pobres piernas me permitían, me iba regañando durante todo el camino.

Di un portazo en cuento entre, cosa que alerto a Daphy y se asomo por las escaleras.

-¿Que tienes diabla? ¿por que tan colorada? - me dijo asustada

-Que te importa Daphne 

-EL me soborno con unas entradas a un concierto.

-¿Que? - la mire confundida, se encogió de hombros. - Bueno no importa.

-¿Y por que tan enojada?

-EL por fin se iba a acercar a mi Daphne, ¡lo pude a ver visto de nuevo, sentir sus manos!

-¿Pude? ¿en pasado?

-En lugar de quedarme parada como idiota retrocedí un paso - dije burlándome de mi misma - ¡el se fue Daphne!

-¿Segura? - me dijo con una sonrisa traviesa 

No entendí esa risilla que saco de la nada... hasta que tocaron la puerta de mi casa.

La mire confundida, deje mi bolso en las escaleras y me gire para dar unos pasos y abrir la puerta.

Ahogue un grito al descubrir quien estaba ahí.

-Alan...

¡Era Alan! 

-Roja... Scarleth... fresita.

Otra vez estaba pasando, lo tenia enfrente de mi ¡A CENTIMETROS DE MI CARA!. Las mariposas me harán vomitar de tanto que se mueven. Creo que me quede un buen rato mirándolo como estúpida

-54... 55... Si, las Conte bien.

-¿Que cosa? 

-Tus pecas.

Se me paro el corazón. Este hombre va a hacer que me de un infarto.

-¿Contaste... mis pecas?

-55 estrellas en tu carita, si...

-¿Desde... cuando?

-Desde la fiesta, y cada día que te veo rectifico que sean 55.

Puso entre su cara y la mía un ramo de flores. Si mi mandíbula no estuviera pegada ya se me habría caído.

Bajo un poco las flores para asomar sus ojos y ver los míos.

-Es difícil conseguir flores naranjas ¿sabias? - rio de una manera tierna - y mas en otoño, todas se marchitan.

Yo seguía con la boca abierta y en shock. Me miro con una sonrisa tan hermosa.

-Son tithonias aun que creo que también se les llama como girasol mexicano.

Tome de vuelta mi postura cerrando la boca para que después me temblara el labio inferior.

-Ay, pero no llores nena.

Brinque, literalmente, a sus brazos, no se como pero tuvo el equilibrio como para no caerse, me aferre a su cuerpo con brazos y piernas. Dándole mas de mil veces las gracias mientras el se reía.

-No quiero que termine esto, pero tengo que irme - me susurro en la oreja.

Me baje de su torso y pase mis manos de su cuello a su cintura para abrazarlo una ultima vez.

-Gracias...

Me beso la cabeza y después la frente, me entrego el ramo ya antes de irse prometió que volvería.

-¡QUE VIVAN LOS NOVIOOOOS! - la chismosa de Daphy me grito desde las escaleras

-Cállate.

-Que enamorada andas, eh, nunca te había visto esa estúpida sonrisa boba que tienes.

-Cállate.

-¿No crees que son muchas flores?, no caben en un florero, ¿cuantas serán?

-No lo se...

-Oye, a quien deberías de mirar de esa forma tan estúpida es a el no a las flores.

-Pero me las dio el.

-Voy por dos floreros.

La pregunta de Daphne me hizo eco en la cabeza. ¿Cuantas serán?

Las desenvolví del papel y las dividí, para contarlas.

-Dabphy.

-Kale.

-Son 55...







AMOR EN OCTUBREWhere stories live. Discover now