La muchacha se encogió de hombros.

—Es solo un chiste rancio del búnker. —Murmuró en voz baja mientras seguía en lo suyo.— Por lo general hacen reuniones semanales respecto a las directivas del sitio. Sólo pueden estar presentes unas cuantas personas de confianza, por lo general los padres de las familias principales. El rumor salió porque Lisa nunca lee o escribe algo en las reuniones y Rosé se la pasa leyendo las cosas en voz alta. —Se pasó la mano por la frente sudada con cansancio.— Pero es solo eso, un chiste. Lisa nunca lo ha negado o afirmado de todas formas.

Jennie asintió con la cabeza, agradeciendo la corta explicación.

Quizás solo era eso, un intento de burlarse de la líder como solían hacerlo algunos ciudadanos solo para matar el tiempo. Por la actitud de Lisa, Jennie podía adivinar que no era moneda de oro para todo el que la conociera. Esa personalidad irremediablemente irritante le debía ganar varios enemigos diarios.

Y sí solo quería burlarse de ella con ese dibujo, Jennie le respondería de igual forma. También se burlaría de ella.

Pasaron dos días desde el incidente problemático en su habitación y un día desde que había visto a Lisa. Ese breve momento en que le advirtió con amenaza de que tenía que ir a almorzar fue el único antes de que desapareciera con Rosé, Jisoo y probablemente con varias personas más.

Hasta el momento no los conocía a todos como para darse cuenta de su ausencia, pero sí Ahyeon, una de las oficiales de Lisa estaba acá, el tema de Londres probablemente no era muy importante. Jennie esperaba que no fuera así, sí algo le pasara a esas tres el resto de las personas encerradas acá se quedarían sin una guía.

Inconscientemente se enojó porque se hubiesen ido de esa forma, algo por supuesto ilógico para ella.

De pronto quería volver a golpear a Lisa. Y más porque parecía haber tomado una tienda de campaña, una colcha y una linterna y se había alojado permanentemente en su cerebro. No podía sacarla de su cabeza, empezando por la situación de la cámara.

Todavía tenía dudas al respecto, y sí sus sospechas eran ciertas de que Lisa o alguien había visto ese momento de debilidad, podría despedirse de su vida porque rezaría con fuerza para morirse pronto.

Oh, es que era un verdadero sofoco. 

Cuando terminaron de dejar el área de la piscina púlcra y habitable, las cuatro se dispusieron a ir la habitación que compartían Yeri y Nayeon. Como sí fuera algo usual, Ahyeon se dejó caer pesadamente en la cama de Yeri y Nayeon en la suya. Jennie se sentó timidamente en la silla el escritorio que estaba en la esquina. 

Todas estaban un poco sudadas y sucias por el cuidado anterior, por lo que Yeri fue la primera en sacarse la camiseta mojada y bajarse los pantalones para una ducha pronta.

—Oh, no por favor. —Ahyeon se tapó los ojos con dramatismo.— Ya hemos hablado de esto, Yerim.

La nombrada le lanzó la misma camiseta percudida a Ahyeon.

—No seas una hormonal. Eso es asqueroso.

—No te desnudes en frente de mí, ando en una sequía tremenda.

Jennie frunció el ceño con la interacción mientras que Nayeon se limitaba a reirse tanto de la pareja como de la confundida joven en la silla.

—Ahyeon viene con regalo incluído. —Señaló su entrepierna con la barbilla.— Y su mente viaja a 10 polvos por hora. Sálvese quien pueda.

Ahyeon tomó la almohada que tenía en la cabeza y se la arrojó a Nayeon en la cara, espelucandola un poco en el camino.

Jennie se mantuvo en su sitio, sus ojos subiendo y bajando por la pequeña contienda de palabras y cosas lanzadas que parecían tener esas dos. Solo le tomó un par de minutos darse cuenta que el regalo del que hablaba en cuestión era el que tenía dentro del pantalón.

Juro que (JENLISA G!P) [Parte 1 y 2]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora