-- ¿Lo abrazaste? --preguntó Emily riendo mientras Lisa sobaba mi espalda.
-- ¿Por qué lo abracé? --dice Ella frustrada mientras se tira en su colchón-- Ay no chicas, no, que vergüenza
-- Los nervios, Lala --dice la morena consolándola-- no pasa nada, es normal
-- Que asco --se levanta de la cama y mira su celular-- nunca volveré a besar a alguien, es más, no podré ni verlo
-- ¿Estás segura? --Emily se acerca y ve el mensaje-- Quizá a él no le importó
-- Pero a mi sí, que asco --dice angustiada-- es mi primer beso
-- ¿No fue con Ross? --dice Lisa curiosa.
-- No, eso solo fue piquito --se saca sus anteojos y hunde la cabeza en la almohada-- la primera vez que intento algo con Mickey de esa manera y pasa esto, soy un idiota
[...]
Ya era más de noche, todos los estudiantes estábamos alrededor de una gran fogata mientras comíamos sándwiches.
No está Jonathan, ni sus amigos ya que hicieron una pequeña escapada, según él, para tomar cerveza y cosas de hombres. Tampoco estaba Ross, no es que me interese, solo que es fácil notar si el no está ya que Pamela está pegada a él en todo momento.
Estaba tranquila junto con mis amigas cuando de repente siento unas risas del otro lado de la fogata.
Al levantar la mirada pude ver como Mickey y sus amigos se reían mientras hacían gestos exagerados moviendo sus bocas de manera rara.
Los miré con curiosidad hasta que caí, estaban hablando de mi, mi cara prácticamente palideció, sabía que el beso había sido un completo asco, pero no tenía porque hacerme esto.
Los demás chicos que se encontraban al rededor de ellos murmuran cosas y se reían, las chicas me miraron entendiendo lo que sucedía e intentaron distraerme.
-- Vamos al baño, quiero hacer pipi ¿Vamos Ella? --Emily quizo atraer mi atención pero estaba demasiado enfocada en lo que los demás hacían.
Mickey volteó a verme y al hacer contacto visual conmigo dejó de reír mientras que sus amigos se reían a carcajadas mientras me veían.
Los demás también se reían, algunos solo me miraban con pena y otros le daban una mirada de enojo a quienes reían.
Rápidamente me levanté de mi lugar avergonzada mientras que las chicas se pararon junto a mi.
-- Son unos idiotas --escupe Lisa mientras miraba con enojo a los demás.
-- Necesito estar sola --dije sin mirarlas y me fui casi corriendo-- que idiota
Enfurecida le di una patada a la puerta del baño la cual calló sin mucho esfuerzo. Ni siquiera le pegué fuerte.
-- ¿Ella? ¿Estás enojada? --escuché la voz de Mickey en el exterior de la cabaña pero no respondí-- Escucha, lo siento ¿Si? Pero no te puedes enojar conmigo por una tontera, no es mi culpa que no sepas besar, no sabia
-- ¿Eso es una disculpa para ti? Me avergonzaste frente a todos ¿Para qué? Eres un idioto y un inmaduro --dije acercándome a la puerta pero no la abrí-- no sé porque pensé que serías amable
-- Tú te avergonzaste sola, no es mi culpa que todavía seas una maldita virgen --iba a responder pero un fuerte golpe se escuchó en la puerta.
Di un jadeo del susto y luego de unos segundos abrí la puerta viendo como Ross sacudía su mano con una mueca en su rostro mientras que Mickey estaba levantándose del suelo sosteniendo su rostro adolorido.
-- Eres un... --Mickey iba a golpearlo pero me puse frente a él evitando que lo hiciera.
Él solo me dió una mirada enojada y se alejó maldiciendo.
-- ¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué lo golpeste? --pregunté exaltada.
-- Deberías agradecerme, ese tipo es un completo imbécil, no sabe lo que dice --me miró pero yo bajé la cabeza avergonzada.
-- No, de hecho tiene razón, el beso fue horrible, estaba muy nerviosa --dije aún sin levantar la mirada, estaba muy segura que estaba muy enrojecida.
-- Es normal no saber como seguir el beso la primera vez, lo que no es normal es que ese tipo haya querido avergonzarte
-- Y lo hizo --lo miré intentando no llorar, no quería hacerlo por algo tan estúpido y menos en frente de Ross.
-- No creo, John se encargará de hacérselos pasar peor que a ti --lo miré confundida por cierta información y él se acercó a mi-- no te preocupes pero eso, además, ya aprenderás a besar
-- ¿Cómo? --dije nerviosa logrando que una sonrisa arrogante apareciera en sus labios.
-- Sólo... --se acerca más a mi quedando a pocos centímetros de los labios del otro-- te dejas llevar
En el momento en que sus ojos se encuentran con los míos, veo como su mirada baja hacia mis labios, sus pupilas se dilatan y relame sus labios.
Miro sus labios, se ven tan suaves, tan perfectos, que parecen que piden a gritos que los bese.
Ross pasa una mano por mi cuello, de manera gentil, y acerca su rostro al mío.
"Bésame, por favor, solo bésame" --decía en mi mente.
