Oscuridad inmensa

~Capítulo 5~

  Al salir del baño de las chicas, algo o alguien me tapó la boca con fuerza, presionó mi cara con brusquedad contra la pared y dirigió mi rostro hacia arriba para que yo no pudiera mirar, al tiempo que me estrujó con fuerza contra la fría pared. . de madera. Cuando lo miré de reojo solo vi una sonrisa maliciosa en la penumbra, había otros dos cuerpos, cada uno me sujetaba una mano y una pierna. Forcejeé un poco y cuando empecé a crear fuego con mis manos, el tipo que me cubrió la boca dijo de manera molesta al ver que yo no cedía.

  —Chiquilla estúpida será mejor que no te resistas... si no quieres que seamos tan despiadados contigo.

  Después de otra voz que provenía de mi lado derecho agregada con una voz quejosa.

  —Puta de mierda, me está cociendo la mano, ¿trajeron las cajas que habíamos conseguido?.

  —No, agh... maldita chiquilla estúpida —dijo el que se encontraba a la izquierda— pero pagará por cada quemadura que nos... agh, que nos está provocando —decía mientras tocaba indebidamente mi cintura—.

  Empezaron a alegar entre murmullos. Me invadía el pánico. Quería gritar. Aumenté mi fuego y los dos tipos que me sostenían de las manos soltaron quejidos de dolor. Le mordí la mano al que me sujetaba de la boca y la movió de su sitio el tiempo suficiente para que gritará.

  -¡John! ¡Jo...!

  El tipo al que le mordí la mano me apretó con demasiada fuerza del cuello cortándome la respiración, al tiempo que metía su mano libre por debajo de mi playera. La vista se me nublaba. Con un último aliento, aumenté un poco más el fuego de mis manos, el tipo que se encontraba de mi lado derecho me soltó chillando de dolor. No lo pensé dos veces, empecé a patear y le toque el rostro al tipo que me estaba estrangulando, con mi mano envuelta en fuego. A mí no me afectaba mi fuego a menos de que yo quisiera hacerme daño. No me soltaba, solo se quejaba y me tocaba por debajo de mi falda. Espero que al muy maldito le quede una marca horrible en la cara. Sentía una punzada en el hombro lastimado, como si me enterraran una aguja enorme.

  Como por suerte, un fuerte golpe que no era mío lo movió de su sitio y la fuerza que aplicaba al estrangularme se redujo, el tipo de la izquierda me soltó, se escuchó unos golpes y una voz que no reconocí al principio que se escuchaba llena. . de enojo.

  —Malditos de mierda, son unos malditos —dijo John, mientras me quitaba de encima al tipo que me estaba tocando y metiendo su mano por debajo de mi falda— los llevaré con Chris y entenderán por que le dicen Bloody Punch.

  Apenas me mantuve en pie, miré hacia donde estaba John, les estaba dando una paliza a puñetazos. Cuando quedaron inconscientes, los amarró y los dejaron en medio de la cubierta. Ya había recuperado un poco el aliento.

  Se acercó a mí y entrelazó sus brazos en mi espalda al tiempo que me estrechó contra su pecho. Después dijo susurrándome al oído.

  —Leah... los mataría si Chris me lo permitiera.

  Recargó su barbilla en la coronilla de mi cabeza.

  —Idiotas de mierda, viles idiotas de... de mierda, cabrones de mierda.

  Dije con una voz casi inaudible, pero llena de rabia y me abracé con fuerza de John, algunas lágrimas caían por mis tersas mejillas.

  Luego de unos momentos abrazados, John se separó de mí y me preguntó si aún quería ir al mirador a hablar sobre el trato. Hablaba mirándome con sus ojos verdes que me brindaban un poco de tranquilidad, en ese momento abrumador. Después de pensarlo por una pausa silenciosa, le dije mirando hacia el mirador.