jun 16, 2015

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Poesía infinita,
en tan sólo una de sus miradas.
Palabras escondidas,
entre un camino de lágrimas.

Pero el sol se pone,
mientras aquel hombre olvida.
Sin importar que ha hecho antes,
amaré lo que sea que haga,
y quien sea que se convierta.

Atesora sus recuerdos,
junto a las más dulces melodías
y en las noches en las que
los sienta distante,
prometo cantarlas a su oído
en todo instante.

Y sé muy bien
lo mucho que ha sufrido,
pero para el alma,
éstas letras son calmantes.

Que rellenen su copa
con más bebida,
ruega cual mendigo,
por un poco de comida.

Quizás engañe a sus amantes,
bajo todos esos disfraces.
Con esa máscara,
a estos ojos no engaña.
El corazón ve más allá.

¡Y que me cuente sus deseos!
Aún con el alma desgarrada,
los voy a satisfacer.

(e.s.c)

Sin título (esc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora