Capitulo 41. Celebraciones

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POV Gael.

Era la mañana del miercoles, faltaban tres días para la boda de Camila y Marco. Los nervios se sentían en el ambiente pero también la emoción. Todos estaban enfocados en los últimos detalles, Camila se veía plena.

Gael recordó cuando años atrás se casó con Calixto y ni su actitud ni su semblante era el que percibía ahora. Su padre les impuso a ambos sus matrimonios, ninguno amaba a sus parejas, pero ambos estaban sometidos y resignados a que era la vida que tenían que aprender a sobrellevar.

Sintió como su presente lo abrazó y se llenó de satisfacción... Ahora todo era distinto, era feliz, estaba casado por amor y por decisión propia, con el único amor de toda su vida.

Sentir y compartir la ilusión de su hermana lo hacía feliz, siempre se sintió responsable de velar por el bienestar de ella y de su madre, protegerlas y mantenerlas al margen de la maldad de su padre fue su lucha constante en el pasado, sacrificando con eso la posibilidad de hacer justicia... sus seres queridos siempre fueron su talón de aquiles y su padre lo supo utilizar a su favor.

Pero a pesar de sus esfuerzos por protegerlas y mantenerlas alejadas de la maldad de Ramsés, no fueron felices. Ramses ya había trazado caminos de infelicidad al amarrarlas a matrimonios sin amor, igual que a él.

Con su madre se sentía frustrado, no pudo lograr que se realice en el ámbito sentimental, ya que con la muerte del tío Apolo se fue también su oportunidad de amar, de construir una relación plena y un matrimonio estable. Solo lo reconfortaba que la veía feliz rodeada de sus hijos, de sus nuevas hijas y de sus nietos, Josefa vivía en paz.

Con Camila era diferente, a lo mejor un poco tarde pero se logró, eso le daba una satisfacción enorme y por eso sentía tan especial esta boda.

Veía a Ana Julia muy emocionada, su madre adoptiva se casaba y saber que tendría un buen compañero para el resto de su vida era algo que a su hija le daba tranquilidad.

El carácter noble y empatico de su melliza siempre la mantenía preocupada por que todo los que la rodean sean felices, en eso se parecía mucho a él, Sna julia tenía claro que por mucho tiempo ella era lo único que Camila amo y su razón de vivir eso la hacía sentir especial pero también le generaba un peso a su vida.

Saber que su madre adoptiva tendrá nuevas ilusiones, un compañero y amor le había alivianado esa presión. Esto se lo confesó durante una platica que tuvieron días atrás mientras esperaban a su mama y sus hermanos para cenar.

La sensibilidad de Ana julia era un la mezcla perfecta de la bondad de sus dos madres y su propia sensibilidad. Era una Torrenegro, una Torrenegro sensible como todos, la etiqueta que Ramses había puesto sobre la familia de frialdad y dureza se había arrancado hace mucho, comprobando que en realidad esa frialdad solo existía en su padre y por desgracia en algún momento de la vida etiquetó a toda la familia.

Durante el desayuno de esa mañana lo comprobó, le pidió a el y a Mar permiso para ir con su mamá Camila a una tarde de chicas. Quería prepararle una sorpresa, nunca había podido realizar muchas actividades con ella por su falta de movilidad, pero ahora quería que fueran juntas a bailar, a patinar, montar a caballo.

Mar: Claro que si mi amor, que mantengas una linda relación con tu mamá Camila siempre será importante para nosotros

Gael admiraba eso de su esposa, desde que recuperó a sus hijos nunca se impuso, nunca quiso ganarse un lugar a la fuerza ni mucho menos hacer a un lado el lugar que por tantos años ocuparon Jacinta y Camila.

La vida misma fue la que se encargó de regresarle a Mar lo que se merecía con creces, la relación genuina que se creó con sus mellizos fue únicamente producto del amor compartido y de los lazos de sangre que siempre los unieron a pesar de la distancia y el tiempo.

Un nuevo destino... GarenaWhere stories live. Discover now