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—¡Esa carga tiene que llegar al punto C. De ahí las avionetas se cargarán con el cargamento de hachís. No deben dejar que la Guardia Aérea los capture. Ellos estarán ocupados con la carga señuelo. Tienen libre el camino para que llegue a Francia. ¿Esta claro?!

—¡Si señor! —gritan los trabajadores a unísono.

—¡Vamos, vamos! Cada segundo vale oró muchachos.

***

—Nos vemos después amigos —el rubio Uzumaki se despedía de sus amigos para tomar el autobús que lleva a su casa.

—Señor tenemos al omega en la mira —decía un secuestrador al teléfono.

Traelo a mí.

—Si señor.

Corta la llamada y sigue algunos pasos al rubio. Hasta que da la orden de capturarlo.

El rubio esperaba pacientemente el autobús, hasta que ve algo sospechosa la camioneta negra que estaba enfrente de él. Estaba solo, estaba oscureciendo. Comenzó a ponerse nervioso, estaba a punto de sacar su teléfono, cuando alguien llegó por atrás y le tapó la boca con un trapo cubierto de alcohol. Haciendo que quedará inconsciente.

No sabía en que momento había pasado, pero despertó en una suave y cómoda cama, con temperatura agradable para él. Aunque sabia que había sido secuestrado. Al caer en cuenta, abre mucho sus ojos y se sienta con velocidad, tratando de ubicarse, saber dónde estaba. No reconoció ni el más mínimo lugar, solo había un hombre extraño sentado delante suyo, con su teléfono en mano.

—Que bueno que despiertas omega durmiente —lo apoda.

—¿Quién eres? ¿Y dónde estámos?

—¿Conoces a la mafia japonesa?

—Sí —dice—. Trafican con sustancias ilegales, y son muy despiadados —el hombre sentado frente a él comienza a reírse.

—Traficantes sí, despiadados, mmm... Solo castigamos a los que deberían serlo.

Al escuchar eso, el Uzumaki se asusta bastante, al saber que el hombre frente a él, es parte de la mafia japonesa.

—¿Y porqué me tienes aquí?

—Naruto Uzumaki, veintidós años, estudiante en la Universidad en psicología y sobre todo, eres omega. Eres el mejor estudiante de la carrera, notas sobresalientes, becado, y bla, bla, bla.

—¿Cómo sabes todo eso?

—Te estuve observando por semanas. Y es impresionante la verdad, de tantos omegas y betas que ahí, tú, llamaste mi atención —el hombre se acerca a él, y le acaricia la mejilla—. Quiero que seas todo mio.

Naruto se asustó a un más, sabía que ocultar que era un omega tarde o temprano iba a salir a la luz. Aunque nunca pensó que alguien de la mafia se fijaría en él.

—¿Quién eres, y que quieres de mí?

—De tí, quiero muchas cosas.

—¡¿Quién eres?!

—Itachi Uchiha, el líder de la mafia japonesa.

Naruto abre sus ojos azules con asombró, al saber que estaba frente a un líder de los más temidos y más buscados.

—Itachi... Uchiha... —repite y se queda con el gran asombró y miedo que siente en el instante.

Secuestrado (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora