32. ¿Aún queda una segunda oportunidad?

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—¿De que hablan? —me siento en uno de los sillones de cuero.

Miro a ambos para que me den una respuesta.

—Me contaba un poco de su preescolar —entrecierro los ojos sabiendo que está mintiendo.

—Si mami —mi hija le sigue en la mentira.

Que par de mentirosos, padre e hija tenían que ser.

La televisión de la sala está encendida y mi hija no tarda en posar su atención en las caricaturas. Mientras tanto puedo girarme para ver a Jayden.

—¿Estás en un hotel?

—Si, en cuenta me registre vine aquí —afirma.

—Bueno, ya te he ofrecido mi departamento para que esté aquí así que no veo la necesidad de que sigas ahí —eso sonó muy atrevido—. Bueno, si quieres puedes quedarte aquí a partir de hoy.

¡¿Que estoy diciendo?!

¡Mejor cállate mujer!

Estoy segura que está pensando que es una insinuación y no lo es.

—Urgida de compartir tu departamentos conmigo —si no lo iba a pasar de desapercibido.

Su tono juguetón y burlón es su manera de disfrutar la situación.

Recuérdenme no humillarme yo sola, también el hecho que para él todo es una insinuación.

Hazte la dura.

No —lo miro con cara de pocos amigos—. Pero no soy de las personas que se echa para atrás sobre las decisiones que haya tomado.

—Me gusta que seas así —se acomoda en el sillón.

Lo que faltaba.

—¿Así como? —inquiero.

—Decidida

—Entonces...

—Va, está noche me quedo aquí y las que restan —sonríe—, muero por pasar tiempo con ustedes.

No quita la maldita sonrisa que derrite a cualquier mujer. Y diría que a mí también, no se lo haré saber solo haré que se le suba el ego más de lo que ya lo tiene.

No será fácil estar bajo el mismo techo. Solo espero que mantenga sus manos para si mismo y que yo tenga suficiente control en no caer en ninguno de sus juegos pervertidos.

¿En qué nos hemos metido?

Se que esto apenas inicia, está es la primera vez que estará aquí y las que faltan.

—Iré por mis cosas y regresaré —se levanta.

Al parecer Eileen no está solo viendo las caricaturas sino también tiene una oreja escuchando nuestra conversación.

Se levanta como resorte. —¿Ya te vas? —veo su carita toda apagada.

—Él va a regresar en una hora cuando mucho —se vuelve a iluminar su mirada.

Subastada al mejor postorWhere stories live. Discover now