D I E C I S É I S✨🐻‍❄️

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El ascensor da aviso de que personas bajaran y siento que el rostro me arde. Si tuviera una cola, ahora mismo no dejaría de moverse.

Las puertas de la gran caja de acero se abren y dejan divisar a Heyde.

Tiene el cabello despeinado, ropa sin planchar y las mejillas llenas de un helado que se viene comiendo. Su mirada viaja hacia mí y la alegría se apodera de su expresión.

Corre hasta llegar a mí y abrazarme de manera perezosa, pasando sus brazos sobre mis hombros y jugando con mi cabello.

—¿Me darías un beso? —pregunta al besar mi mejilla y poner en mis labios su helado de vainilla—, de saber que ibas a venir, lo hubiera pedido de menta con chocolate.

Paso mis brazos por su cintura y meto las manos dentro de su camisa, sólo para sentir el calor de su piel.

—Odias la menta con chocolate —murmuro y ella carcajea.

—Amas cuando mis labios saben a eso —comenta en mi oído y luego bufa divertida—, ¡Diooos, no sabes cuánto te extrañé!

Sonrío al dejar un espontáneo beso en sus fríos labios.

—A lo que sepan —digo al limpiar el alrededor de sus labios con mis dedos—, yo siempre amaré besarlos.

Heyde esconde el rostro en mi cuello y cierra los ojos haciéndome cosquillas con sus pestañas.

—Veo que ya quieres dormir —digo al sentir que se balancea—, no eres una gallina como para dormir parada.

Heyde levanta el rostro y yo le entrego la bolsa transparente con lo que he comprado, me regala un emocionado «gracias», y luego se dispone a abrir su puerta.

—Por lo menos el turno ha estado tranquilo —comenta una vez estamos dentro. El aroma a lavanda e incienso choca con mi rostro y se imprenta en mi ropa—, y ha sido corto... aún recuerdo esa vez que pasé cuatro días sólo por una falla con unos recibos.

Cierro la puerta con llave y Heyde va a guardar la caja y comerse el cachito. A la par que yo como lo que ha dejado de helado. Que extraño se siente el departamento sin sus perros.

—Mmh, he tenido que coser a una niña sin luz —cuenta al quitar la sonrisa del rostro—, se abrió la frente con un alambre de púas y justo en el momento en que iba a empezar a suturar ¡Pum! se fue la luz y tuvimos que actuar con las linternas del celular, fue... aterrador.

—¿Fue de noche? —pregunto asombrada.

—Eran las nueve —responde con naturalidad al terminar de comer y sacudirse las manos—, pero por suerte Dylan y yo le sabemos a la sinergia.

—¿Tenía mucha sangre?

—Si, de echo fue una abertura que llegó hasta el cuero cabelludo y ya sabes que allí hay más vasos sanguíneos —termina poder decir y se estira en su puesto—, aunque no se me note, me dejó cansada.

No se te nota, sólo pareciera que un carro te atropelló por no haber visto a los dos lados de la calle.

—Deberías ir a bañarte y luego ir a dormir —señalo al seguirla con la mirada mientras ella se quita los zapatos.

—«No pienso dormir contigo sucia de hospital, ¿sabes cuántos germenes se producen en lugares como esos?» —me imita con la voz nasal, el ceño fruncido y los brazos cruzados—, ya bájale, de todos modos estoy más limpia que tu historial de Google.

La cara me arde y formo una mueca en mis labios.

—¡Nunca vas a superar eso! —chillo al cruzarme de brazos—, ¡Yo no sabía que existía una opción para que no se vieran las cosas que buscaba!

Heyde suelta una risilla y camina a paso relajado hasta su habitación, a donde claro, la persigo como perrito extraviado. Ella pasa a su baño y yo me siento en el muro del lava manos.

—Me voy a tardar un poco, tengo que lavarme el cabello —me avisa al sacar su rostro mojado por una esquina de la ducha—, si tienes sueño puedes adelantarte, no me molestaré.

Hago un desdén para que sepa que no me iré a dormir sin ella y ella blanquea los ojos.

Cuando dice lo de tardarse no bromea, literalmente tarda unos treinta y tres minutos. Minutos donde he tenido que aguantar el sueño y ponerme a jugar en el celular.

Un suspiro escapa de mis labios cuando escucho que al fin ha apagado la llave y que saca la mano para alcanzar su toalla de animalitos rosados.

—Ahh, ojalá hubiera agua caliente en todos los baños —dice al salir y buscar en su clóset la pijama y esa crema extraña que sólo se pone los días miércoles.

Me recuesto en su cama, dejo de lado el celular y abrazo su almohada.

—Un día de estos deberíamos ir con mis padres para formalizar la relación —propone al terminar de vestirse y aplicarse la viscosa cosa verde.

—Es una buena idea... —murmuro y Heyde voltea.

—¿Pero?

—Mmh, en realidad no iba a decir «pero».

—¿Qué ibas a decir entonces?

—Que nos casemos —digo en broma y ella se me queda viendo con seriedad.

—Es un tema serio, no deberías jugar con eso —dice al apuñalar el vacío con su dedo.

Dejo de lado la almohada y sonrío.

—¿No te gustaría casarte conmigo? —pregunto con sorpresa fingida—, vaya, eres un cajón lleno de sorpresas.

Heyde se sube a la cama y abraza mis caderas, dejando un dulce beso en mi abdomen.

—Si me gustaría.

—¿Pero?

Su sonrisa se estrella con la piel de mi costado.

—Si me vas a proponer algo así, hazlo con seriedad y no bromeando.

—Entonces, cásate conmigo —digo con total seriedad.

Heyde levanta la cara y el dorso. Parpadea un par de veces incrédula.

—¿Es enserio?

Asiento y la atraigo hacia mí para que se acueste en mi pecho.

—De verdad, quiero que te cases conmigo.

—Klai, eso no es legal aquí —comenta al morderse dentro de la mejilla. Su expresión de total decepción.

—Iremos a un lugar donde sea legal y listo.

—Esto... parece tan irreal —dice entre un suspiro—, ¿de verdad quieres casarte? —cuestiona por décima vez.

Pongo los ojos en blanco y hago que me mire directo a los ojos.

—¿Cuándo te he mentido? —pregunto—, sólo lo hice una vez y créeme que me sentí muy culpable... sin embargo, ahora mismo te estoy abriendo mi corazón, pidiéndote de la manera más espontánea que pases tu vida junto a mí. No lo hago por obligación, lo hago porque se me da la gana y porque puedo.

Los ojos de Heyde se cristalizan.

—Yo... acepto, pero después no te quejes si no puedes huir —bromea al dejar un beso en mi comisura.

—¿Huir? creo que incluso ahora, sería una idiota si salgo corriendo.

Ambas reímos y en algún momento nos quedamos profundamente dormidas.

°•°°•°•

Nota de autora:

Aviso que a la historia le queda poco para acabar (sin miedo al éxito, pienso acabar de la manera más increíble que se me ocurra). Y bueno, creo que eso es todo.

Otra cosita que me acabo de acordar, lo de la niña que Heyde cosio :v, es basado, tipo yo no suture a una niña, pero estuve en un hospital y se fue la luz justo cuando estaban suturando a una niña. LO PEOR, es que yo estaba viendo IT (recién se estaba estrenando), en la sala de espera (yo tenía 11), y como podrás imaginar, chillé pensando que el payaso era el que se estaba merendando a la niña🥺.

Gracias por leer.

Con amor: Rosie.

Entre Marzo Y Agosto✨ [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora